Sergio
Portugal Joffre
Ante las puertas de un nuevo siglo, Bolivia se encuentra frente a su destino, porque sus hombres decidirán si tienen el valor suficiente para colocarla en el justo sitial que le corresponde, afirmando su existencia y proyectándola hacia el futuro, o si la indolencia de los hijos ingratos será tal, que permitan su humillante condena por designios extranacionales.
Bolivia,
como País privilegiado que es, cuenta con un potencial de tal magnitud, que, en
su diversidad, conforma una riqueza integral de particulares características,
justificándola como una necesidad histórica para el mundo. Tales
características son: La raíz ancestral, el acervo histórico, una cultura
autóctona, la pluralidad racial, multiplicidad en riquezas naturales,
diversidad geográfica, variedad climática y posición geoestratégica. TAL ES EL
POTENCIAL NACIONAL, QUE, UTILIZADO INTELIGENTEMENTE POR LOS PROPIOS BOLIVIANOS,
HARÁ DE LA NUESTRA UNA PATRIA GRANDE, RENOVADA Y FUERTE.
El ancestro.
Nuestros
orígenes se remontan a una civilización sumergida en el tiempo; fundadora de un
gran Imperio, transmitido a través de la historia antigua, y que inspiró la
posterior edificación del Tahuantinsuyo. Este es el fundamento de nuestra
nacionalidad, como testimonio del dominio de nuestro territorio, y, como
herencia de nuestra posición geográfica que regirá el renovado proceso del
poder boliviano del mañana.
La historia.
A lo
largo de nuestra historia, hemos confirmado el derecho soberano a la existencia
como Nación. Esto ha sido avalado por tres siglos en defensa de la heredad
ancestral, con el recurso armado, basado en lo justo, contra los expoliadores
hispanos que avasallaban estas tierras. Decisión de un pueblo, superior en su
iniciativa libertaria a la de los ejércitos independentistas, de los cuales,
sin embargo, formó parte como un bloque vencedor comandado por Simón Bolívar.
Epopeya que sólo fue posible por la voluntad colectiva de vencer, derribando
las barreras de clase y raza, para llevar al pueblo altoperuano a prevalecer
sobre su territorio; con ello se hizo digno de repercutir en la historia.
La cultura.
La
cultura boliviana se modeló en el transcurso de los siglos, por una combinación
entre el telurismo andino y la influencia española, dando lugar a una cultura
autóctona. Su rico contenido, incipientemente aprovechado al presente, necesita
integrarse, atesorándose con las valiosas expresiones culturales de los pueblos
orientales.
La raza.
Los designios
de Dios en la naturaleza obraron para que en Bolivia, como en América, se
plasme la realidad de la diversidad de razas. Contra esta realidad, vanamente
podrían resistirse los hombres, pues será el tiempo quien demuestre que tales
designios estuvieron acertados, por ser necesarios para la evolución de una
nueva progenie humana.
La
pluralidad racial representa un recurso humano que es apto para imponerse al
medio, generando la conquista unitaria de su destino.
La tierra.
La
naturaleza, especialmente pródiga con este suelo, concentró en el un gran potencial
de riquezas agrícolas, mineras y energéticas, en ingente variedad, que lo
coloca en el primer lugar entre las naciones del planeta. Recursos prestos a
bastecer holgadamente todas las necesidades de los bolivianos, situándonos en
la posición de satisfacer las demandas extranjeras en justas y convenientes
condiciones comerciales para nosotros, como para nuestros clientes. Bolivia se
convertiría en una de las naciones que graviten con capital importancia en la
política continental y mundial del porvenir.
Los climas y
regiones.
Bolivia
es la tierra de promisión que ostenta tres regiones: Altiplano, valles y
llanos; con tres climas como frío, cálido y templado. BOLIVIA ES UNA
INTEGRALIDAD GEOGRÁFICA. Por tanto, en ella todo puede producirse, y en ella es
posible realizar todas las adaptaciones. Integración del coloso andino con el
bravío trópico, a través de los generosos valles, surcando la tierra con sus
ríos y bendiciéndola con sus lagos: ¡Energía vital que despierte las fuerzas
telúricas!
El corazón del
continente.
Todas
estas características culturales, históricas y naturales de Bolivia, hacen que
se realce su importancia, gracias al espacio geográfico que ocupa en el
subcontinente. La situación estratégica de nuestro País, como centro de
Sudamérica, le favorece por ser zona de encuentro entre las regiones andina y
amazónica, lo que suscita la concentración climática, geográfica y de riquezas
en el mismo territorio. Asimismo, el territorio resulta siendo un nudo viario
para los países del orbe, como punto de contacto entre los océanos Atlántico y
Pacífico. Es más aún, SI LOS BOLIVIANOS UTILIZARAN SABIAMENTE LOS DONES
RECIBIDOS, HARÍAN DE SU NACIÓN EL EJE FUNDAMENTAL DE LA INTEGRACIÓN DEL CONO
SUR.
Por
todos estos factores, Bolivia es una pluralidad integrada. “SI BOLIVIA NO
EXISTIERA, HABRÍA HABIDO NECESIDAD DE FUNDARLA”, dijo el escritor boliviano
Julio Méndez. Y el sabio francés Alcides D’Orbigny exclamaba: “BOLIVIA ES LA
SÍNTESIS DEL COSMOS”.
Los
bolivianos somos el factor humano que obrará prodigios sobre estas maravillas.
Para ello, el pueblo debe ser instruido sobre las reales posibilidades de su
tierra, las cuales la gran masa ignora; el boliviano debe ser consciente de su
valer y educarse en el evangelio de la fe y la victoria.
La
derrota más abyecta no es la que nos pudiese infligir algún rival exterior,
sino la conducta desmoralizante y desesperanzadora, que puede consumirnos
interiormente, para morir antes de comenzar la lucha. Pese a ello, y aunque
amenazado por el infortunio, el pueblo boliviano es fuerte. Aunque es
insuficiente su educación, el boliviano es tan inteligente como los hombres de
otros pueblos. Por ello, Bolivia produce “fugas de cerebros” y valores
individuales inaprovechados.
Como
todas las naciones, Bolivia cuenta con sus miserias y sus grandezas; pero que
no sean sus miserias las que opaquen estas grandezas.
Los
diversos elementos que forman la nacionalidad boliviana, generarán resultados,
según cómo actúen sus integrantes. Si los bolivianos utilizan estos dones como
factores de cohesión nacional, entonces Bolivia vencerá a la postergación,
porque lo tiene todo para ser una gran Nación. Pero si, por el contrario, por
falta de temple, se permite que el organismo nacional sea consumido por los
gérmenes nocivos de la corrupción, el sectarismo y el entreguismo, estos serán
los factores de disgregación de la bolivianidad.
La baja política de inspiración foránea no será
capaz de salvar a Bolivia. El privilegio de rescatar a la Patria pertenece a un
pueblo que se honrará en la lucha.
EL DIARIO, decano de la prensa nacional, Suplemento
Literario, página 1, 12 de febrero de 1995, La Paz, Bolivia.
BOLIVIAN TIMES, Bolivia Holds Much Promise… If We
Fight For It, page 10, february 20, 1997, La Paz, Bolivia. Versión en inglés.
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