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viernes, 4 de noviembre de 2011

FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA ESCLARECE POSICIONES ANTE EL COLAPSO DE LA PATRIA



A. El tercer ciclo de la destrucción nacional.

1. Destrucción de la Corporación Boliviana de Fomento.

2. Paralización de la Empresa Nacional de Fundiciones.

3. Cierre de la minería nacionalizada.

4. Masacre blanca de 19.000 trabajadores mineros y amenaza de votar de sus fuentes de trabajo a otros 3.500 mineros.

5. Cierre de la mina Matilde.

6. Anuncio oficial del desmantelamiento de la mina de Coro Coro.

7. Paralización de los ingenios metalúrgicos de Karachipampa y La Palca sin haberlos utilizado, pese a la inversión de más de un centenar de millones de dólares en maquinaria moderna, obras civiles y comisiones oficiales.

8. Inmoralidad funcionaria en la administración pública por el congelamiento de salarios y el fantasma de la masacre blanca, oficialmente conocida con el nombre de “relocalización”.

9. Pavorosa desocupación nacional que alienta la subversión, el contrabando, el narcotráfico, la prostitución, la proliferación de negocios turbios y sórdidos; en una palabra, destrucción de los principios éticos y la moral del pueblo boliviano.

10. Caída de la Empresa ferroviaria por falta de carga, debido a la paralización de la actividad productiva.

11. Amenaza del colapso de la Caja Nacional de Seguridad Social y de otras, por la drástica reducción de aportantes, a causa de la masacre blanca nacional, así como por la reducción del aporte patronal y laboral.

12. Destrucción del sistema educativo del país, no solamente por el humillante salario que se paga a los maestros; sino por el inconsulto modelo pedagógico que pretende imponer en Bolivia el ministro de educación egresado de alguna normal chilena.

13. Desprestigio de la Banca Nacional y de los economistas bolivianos por el “reordenamiento del Banco Central”, recurriendo a técnicos extranjeros, especialmente chilenos, y por el cierre del Banco de Oruro; que despierta la desconfianza de los depositantes, puesto que cualquier otro Banco podría ser objeto de una medida similar, con grave perjuicio para los clientes.

14. Daño irreparable a las pequeñas industrias de transformación y a los campesinos, por la apertura de las fronteras para la invasión de los productos chilenos: cebollas, huevos, frutas, repostería y manufacturas baratas de todo tipo imaginable.

15. Ultraje a la dignidad nacional por el sometimiento incondicional a los mandatos del imperialismo yanqui; comprobado documentalmente con la lectura que se dio en el Parlamento de las instrucciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional; traducidos literalmente en los decretos de rehabilitación de la minería dictados por Paz Estenssoro, cuya vida ha sido íntegramente consagrada a la destrucción de la Patria.

16. Atropello a la soberanía nacional por el imperialismo yanqui, mostrándonos ante la mirada internacional como a un Estado interdicto al obligar al obsecuente gobierno de Paz Estenssoro a organizar una satrapía de factura americana; bajo la supervisión de Jeffrey Sachs, interventor económico en el Palacio de Gobierno, encubierto con el título de asesor y la vigilancia aduanera de la SGS integrada por funcionarios extranjeros prepotentes.

17. Golpe mortal a la agricultura del trigo, que empezaba a surgir con cierto vigor entre los campesinos de los valles altos. La ampliación de la Ley 480 nos obliga a los bolivianos a seguir comiendo el pan diario de mano ajena, proveniente de los sobrantes alimenticios yanquis, mostrando a Bolivia como a un auténtico mendigo internacional; y por tanto, una carga indeseable en la comunidad continental. ¿Qué tenebrosas finalidades se persigue con esta política destructiva de la Patria?

18. Fuga del capital humano: Ingenieros mineros, metalurgistas, geólogos, ingenieros civiles, electricistas, industriales, agrónomos, médicos y otros profesionales, se ven obligados a emigrar del país por los ridículos sueldos que se les paga; dejando a las empresas públicas y privadas sin personal técnico, y por tanto, condenadas a una gradual paralización, acentuando la pavorosa recesión económica y la hambruna que está diezmando a la población.

19. Quiebra institucional y pérdida de autoridad nacional de los tres poderes del Estado, por haber convertido al Legislativo y Judicial en instrumentos incondicionales del Ejecutivo, al servicio del co-gobierno MNR-ADN. Se hace co-gobierno, cuando se imponen políticas de gobierno conjuntamente entre dos o más asociados. La Ley 21060, la Ley de la “Regularización impositiva”, el Impuesto al Valor Agregado, la Ley Tributaria, la reforma monetaria y todas las medidas de gobierno que están destruyendo la nacionalidad, han sido aprobadas por la mayoría parlamentaria compuesta por representantes de ADN y el MNR.

20. La condena mortal que se hace al pueblo, obligándolo a perecer de hambre para pagar la deuda externa que enriqueció fundamentalmente a Banzer, está dando origen a una generación que no sólo odiará su tierra, sino que por la desnutrición, los niños actuales están creciendo con un cretinismo crónico y muy pronto tendremos un pueblo fisiológicamente idiotizado. Es por eso que ninguna concertación política ya es posible alrededor de estos dos nefastos personajes; y, tanto Paz Estenssoro como Banzer, deben renunciar para siempre a intervenir en la vida política del país, al que ya han ocasionado tanto daño irreparable.

Falange Socialista Boliviana, conociendo la obscura trayectoria política de Víctor Paz Estenssoro, desde el año 1946, cuando facilitó el colgamiento del Presidente Gualberto Villarroel, cortándole los teléfonos; sin embargo de ser miembro de su Gabinete como ministro de hacienda; según denuncia pública de su propio compañero de partido Alfonso Finot; y sobre todo, por los doce negros años, de 1952 a 1964, en los que hizo gemir al país y prácticamente lo destruyó; siguiendo las directivas yanquis y con el soporte económico de los yanquis. Apenas estos lo encumbraron por cuarta vez en la Presidencia de la República, pisoteando la Constitución Política del Estado, Falange advirtió al pueblo boliviano que sobrevendría el tercer ciclo de la destrucción nacional; teniendo en cuenta que el primer ciclo, alternándose, lo realizaron con Siles Zuazo en el referido doble sexenio.

El segundo ciclo lo realizó Siles Zuazo con un nutrido acompañamiento de izquierdistas y brigadas extranacionales, agrupados bajo el disfraz del pluralismo ideológico; con el auspicio personal del Presidente norteamericano George Bush, quien hizo los arreglos con el Gral. Vildoso en Bogotá; para resucitar el Congreso de 1980, y este nombrase “constitucionalmente” a Siles como Presidente de Bolivia. Con la desdolarización propiciada por el MIR, saquearon las arcas fiscales y desvalijaron a todo el país, dejándolo materialmente sepultado en la más pavorosa miseria; momento en el cual se descubrieron flagrantemente, los compromisos de Siles con el narcotráfico a través de su enlace Velásquez Zuazo, médico de Roberto Suarez; obligando a los yanquis a cambiarlo “constitucionalmente” con otro hombre de su confianza, Paz Estenssoro, quien desarrollaría el tercer ciclo de la destrucción nacional. De socialista pasaría a liberal, para que bajo el ambiente de libre concurrencia de valores proceda a la masacre blanca y se paralice a las empresas; tal como se vio en los 20 puntos anteriormente citados.

Pero, para dejar al país no solamente agónico, sino en coma, acostumbrados como están a cambiar el nombre a todo; piensan aplicar el llamado “plan de reactivación económica” para repartir entre ellos algunos millones de dólares, encubriendo con unos “megaproyectos” que ya están preparados para una supuesta explotación masiva de minerales de baja ley; con cuyo pretexto, para reunir la maquinaria que se necesita, procederán al desmantelamiento de las actuales instalaciones y a la demolición física del gran parque de equipos mineros de la COMIBOL. Entonces Bolivia ya no tendría con qué vivir y se justificaría plenamente su anexión a Chile, por ejemplo; que ya maneja la tecnología del litio para atender la demanda de estos nuevos materiales, de sus grandes aliados norteamericanos y británicos.

B. La inconstitucionalidad del régimen imperante.

El único baluarte del civismo nacional es Falange Socialista Boliviana, condenada al ostracismo del silencio por las fuerzas de ocupación que manejan al gobierno.

Desafiando el bloqueo de los medios de comunicación social, FSB, el 18 de abril de 1985, dio la voz de alerta al país, entregando las copias a la prensa, de una carta dirigida al Senado americano, por intermedio de la embajada americana; denunciando la violación del principio de no intervención en los asuntos internos de los pueblos, consagrado en la Carta Fundamental de la Organización de las Naciones Unidas; por parte del embajador americano, quien ofreció apoyo económico y técnico para el verificativo de las elecciones generales; las mismas que serían nulas de pleno derecho por esta actitud de intromisión foránea.

El 2 de mayo del mismo año, se envió memorial a la Corte Nacional Electoral, impugnando las bases jurídicas de la convocatoria a elecciones, por constituir una abierta conculcación de la Carta Magna; sobre todo del Art. 87, que prohibía la postulación a la Presidencia del Vicepresidente en ejercicio. Al mismo tiempo, se ponía de relieve que el súbito llamamiento a elecciones atropellando la Constitución, facilitaba el archivo de dos juicios de responsabilidad: el del Presidente en ejercicio, por sus implicaciones en el narcotráfico, y el del ex Presidente Banzer, que estaba siendo actualizado por el PS-1. Por estas razones, Falange anunció que no concurriría a los actos electorales convocados violando la Constitución Política del Estado, y que la conformación de poderes en base a las votaciones del 14 de julio, sería ilegítima e ilegal.

El 5 de mayo se entregó todavía a la Comisión del Congreso la denuncia de la ilícita convocatoria, pidiendo que se circunscriba el acto electoral a los mandatos de la Ley; es decir, elegir únicamente Presidente y Vicepresidente, por el tiempo que faltaba para completar el período presidencial.

Lógicamente que ninguna autoridad prestó la menor atención a estos reclamos de naturaleza legal, ya que ellas obedecen a los mandatos de los poderes foráneos; entonces los dirigentes nacionales más calificados del partido publicaron un mensaje el 20 de junio, ordenando la abstención de la militancia, puesto que dijeron: “Los poderes del Estado se han descalificado a sí mismos; el Poder Ejecutivo ha conculcado la Constitución, el Congreso ha pisoteado la expresión de la soberanía nacional que es la Carta Magna, la Corte Suprema hasta el momento ha prevaricado, la Corte nacional Electoral está viciada de nulidad”.

La Nación dio una respuesta digna. En efecto, la abstención, los votos en blanco y pifiados, resultaron con una abrumadora mayoría, sin embargo del alto porcentaje de votos inflados. A Siles y a Banzer los arrinconaron los agentes del imperialismo con el chantaje de sus juicios de responsabilidad; y a los dirigentes falangistas que se prestaron al juego electoral, se los expulsó previo un proceso legal de acuerdo a las normas de la Carta Fundamental del partido.

De esta manera inconstitucional, la impostura democrática continuó haciendo estragos en el país, obligándonos a los verdaderos bolivianos, que por suerte somos una abrumadora mayoría, a tomar posiciones defensivas contra la captura del poder por fuerzas e intereses extranjeros; utilizando el servilismo de algunos nativos a quienes se los conoce universalmente con el nombre de cipayos.

Sólo a los incautos con almas de cántaro se les ocurriría rescatar el poder en actos electorales, porque sería exactamente que pretender ganar el juego entre gangsters que tienen los dados cargados y las cartas marcadas. El pueblo tiene que asumir el control del poder, expulsando a los impostores y usurpadores, en virtud de la legítima soberanía que posee; para tomar acuerdos después, sobre las reglas de juego más convenientes al interés colectivo; con objeto de establecer un régimen de derecho, respetable y duradero.

C. La deuda externa.

Jamás se ha hecho un análisis responsable y serio de este problema agobiante para la vida del país.

En más de una oportunidad, el pueblo de Bolivia ha escuchado explicaciones dadas por Banzer con irritante superficialidad, sobre la responsabilidad que le corresponde en el endeudamiento nacional, sin tomar en cuenta la devaluación del dólar en el curso de los últimos diez años.

De acuerdo a la Ley, es imprescriptible cualquier obligación económica con el Estado.

Se debería abrir el correspondiente juicio de responsabilidades a todos los presidentes que adquirieron deudas comprometiendo la fe del Estado, hasta establecer con calidad técnica para qué se prestaron, de quien, con qué proyecto de factibilidad, si estuvo o no sobredimensionado dicho proyecto, cómo se invirtieron los desembolsos, por qué no se obtuvieron los resultados previstos; y girar pliegos de cargo a los responsables, hasta que cubran todas las defraudaciones al fisco. Sólo entonces se puede establecer un balance aceptable para determinar cuánto se debe cargar en las espaldas del pueblo y qué sumas de dinero debe devolver cada uno de los presidentes.

Al margen de estos ajustes de moralización interna, el fenómeno de la deuda externa afecta de un modo específico a cada Estado, de acuerdo a la relación que existe entre el ingreso per cápita anual y la gravitación per cápita de la deuda externa.

En el caso de Bolivia, prácticamente cada boliviano debe mil dólares actuales; pero a causa del congelamiento salarial, los bolivianos ganamos un promedio de cincuenta dólares al mes por familia; lo que da un per cápita de 10 dólares mensual y 120 dólares anual; cifra ínfima, incluso para atender las necesidades de una subalimentación. Un pueblo en estas condiciones, es inobjetablemente insolvente y resulta absurdo pedirle que cubra su deuda externa.

Se debería plantear como principio de respeto a los derechos humanos, que los pueblos que sufren el peso de la deuda externa deben congelar automáticamente los intereses y suspender la amortización al capital hasta que el estrangulamiento que soportan de las presiones externas, desaparezca y les permita un desarrollo normal para alcanzar la ecuación de equilibrio; y sólo entonces, reanudar el pago de sus obligaciones anteriores, sin tomar en cuenta los intereses que se congeló.

D. La política internacional.

La política internacional, al igual que las otras actividades del país, está severamente afectada por la intromisión foránea.

La política continental, como todos saben, incluso nuestros mediocres internacionalistas, está manejada en servicio de los intereses británico-americanos. Los retenes de vigilancia de la interconexión de los océanos Atlántico y Pacífico en el canal de Beagle y en el paso Drake, están situados en las Malvinas, a cargo de los ingleses en el Atlántico austral; y en la isla de Pascua en el Pacífico sud, a cargo de los americanos; donde se encuentran las bases australes de la Guerra de las Galaxias.

La ínsula chilena que siempre fue un protectorado británico desde la independencia; al presente, es la cabecera de playa de los ingleses en el océano Pacífico; donde la importancia histórica de los mares ha llegado desde el mediterráneo, pasando por el Atlántico; y ahora, las grandes potencias que deseen mantener su vigencia histórica tienen que estar presentes en el Pacífico.

La política de poderes de la era nuclear, dirigida en el mundo principalmente por los americanos, no puede permitir el surgimiento de nuevas potencias que hablen el lenguaje atómico; sobre todo en el área de sus dominios continentales; por eso tienen encadenados a los militares argentinos, que quisieron hacer el papel de modernos prometeos, tocando el fuego sagrado nuclear en los reactores de Atucha y entregando sus beneficios a la humanidad en los reactores de Angra dos Reis. Lógicamente, cundió la alarma imperial por el alzamiento científico de los sudamericanos; por lo que se vieron obligados a democratizar a estos últimos para mantener el estancamiento de su desarrollo tecnológico; poniendo especial énfasis en el área geoestratégica, para este objeto, que es Bolivia. Cuanto más atrasada esté Bolivia será más difícil la integración bioceánica de los países del cono sud; y, por tanto, su expansión comercial estará restringida; restringiendo al mismo tiempo su crecimiento industrial, que evitará la acumulación de excedentes de producción, indispensables para cubrir los impresionantes gastos que demanda el desarrollo nuclear.

Aclarada esta obvia premisa, conocida por todos los científicos sociales, la política internacional del país se debe analizar cuando menos desde los siguientes componentes puntuales y correlativos:

1. El narcotráfico.

2. El despliegue de las tropas americanas en territorio boliviano.

3. Las negociaciones secretas con Chile.

El narcotráfico siempre ha recibido el mayor estímulo de los americanos desde el año 1952, con el soporte económico que daban a los gobiernos más directamente vinculados con esta actividad ilícita. La Ley 480, que nos provee gratuitamente gran parte del trigo que consumimos, obligó a los campesinos que antes se dedicaban a este cultivo, a dedicarse al cultivo de la coca, de gran rentabilidad y mercado firme; dando un notable auge a la producción de la droga prohibida, cuya exportación crea una imagen obscura de la República de Bolivia; bloqueando el flujo de las grandes inversiones que podrían llegar para el desarrollo de las inmensas reservas de recursos naturales que poseemos; lo que sería contradictorio con la política continental.

Si realmente quisieran combatir el narcotráfico, sería suficiente que los americanos entreguen anualmente 300 millones de dólares a las Fuerzas Armadas de Bolivia para que modernicen sus equipos fluviales, de aire y tierra; para conformar una red impenetrable que paralizaría totalmente los movimientos del narcotráfico; pero entonces Bolivia alcanzaría una notable respetabilidad internacional, convirtiéndose en un centro de atracción de capitales; totalmente en desacuerdo con la política continental.

En Bolivia funcionan varias entidades apoyadas económicamente por los yanquis, vigilando las manifestaciones de desarrollo de los recursos naturales; como el Servicio Geológico de Bolivia; el fondo de prospección Minera; el Instituto de Pre inversión; con cuyo apoyo, el Servicio geológico Británico hizo los estudios del precámbrico en el oriente boliviano, habiendo identificado importantes yacimientos de minerales estratégicos en la frontera con el Brasil.

El despliegue de las tropas americanas en territorio boliviano, con admirable sencillez, mediante tropas y equipos aerotransportados en los “Galaxy” al aeropuerto internacional de Santa cruz, desde donde pueden dislocarse hacia los lugares que mejor le convenga, utilizando sus helicópteros artillados, equipados con misiles teledirigidos; tiene numerosas connotaciones, y entre ellas, la de advertir al Brasil que este no es un espacio desocupado y libre. ¿Qué podría importarles a los americanos si los militares bolivianos saben o no manejar una escopeta, para que gasten sus esfuerzos y atención realizando demostraciones de alta tecnología bélica y precisión operativa, si no fuera en cumplimiento de las directivas de la política continental? Pero en esta situación, todos los bolivianos, junto con sus Fuerzas Armadas, mientras no exista una voluntad política integrada en el bloque de las naciones afectadas, no somos otra cosa que mudos espectadores colocados a la vera de los acontecimientos históricos.

En un marco de sometimiento como el descrito, ningún país tiene capacidad negociadora internacional. Si alguna vez se sientan en la mesa de las negociaciones, es porque la voz del amo oculto así se los ordena. Por eso, cuando se anunció la reunión de los cancilleres de Bolivia y Chile en Montevideo, el instinto popular supo que la alquimia secreta de la diplomacia sometida, hablaría de las vacas perdidas y de la mediterraneidad de Bolivia; cuando en realidad podrían estar acordando la forma de la explotación de recursos estratégicos destinados al uso de los poderes centrales.

Mientras el gobierno no de una explicación veraz y convincente a la población sobre la política internacional que maneja, el pueblo no tiene por qué prestarle el menor apoyo; por mucho que se le de el disfraz que más conmueve el sentimiento nacional, que es la solución del enclaustramiento geográfico de Bolivia.

Felizmente, la República de Bolivia es un territorio que goza de la mayor disponibilidad de recursos naturales, en base a los cuales Falange Socialista Boliviana ha preparado el Proyecto Nacional que servirá de base de arranque al Nuevo Estado Boliviano; para alcanzar las aspiraciones de grandeza histórica formulada y anhelada por la población en todas las etapas de su lucha por la liberación nacional.

DIRIGENTES NACIONALES DE FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA

Guillermo Koening V., fundador de FSB, Jefe honorario y vitalicio en funciones de jefatura; Hugo Arias B., fundador de FSB, Jefe honorario y vitalicio en funciones de jefatura; Hernán Ardaya Paz, Presidente electo del Tribunal de Honor; Héctor Peredo P.; Raúl Portugal M.; Víctor Sierra M.; Alberto Ríos L.; Humberto Frías B.; Rafael Segales; Luis Ramírez M.; Jorge Alvéstegui; Napoleón Núñez del Prado; Eduardo Parra; Manuel Aquise; Enrique Urquidi; Carlos Quintana.

Fuente: Periódico “HOY”, 12 de junio de 1987, La Paz.

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