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viernes, 20 de mayo de 2011

LA DOCTRINA NACIONALISTA DE OSCAR ÚNZAGA



Óscar Únzaga
De Wikiquote, la colección libre de citas y frases célebres.

Oscar Unzaga de la Vega
nació el 19 de abril de 1916 en Cochabamba, Bolivia y murió el 19 de abril de 1959 en La Paz, Bolivia. Político, historiador, poeta, periodista y maestro. Fundador y Jefe de Falange Socialista Boliviana el 15 de agosto de 1937. Fue el padre ideológico del nacionalismo boliviano y postuló la Tesis del Nuevo Estado Boliviano.

EL NACIONALISMO BOLIVIANO Y LAS IDEOLOGÍAS.
(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)


El socialismo boliviano

Citas:


Pero nosotros tenemos el derecho de vivir con disciplina pero sin despotismo; porque sólo así haremos un pueblo fuerte y unido. Nuestro derecho no puede ser menor que los países grandes. Porque, en último término, en el mundo no hay grandes ni chicos, sino pueblos libres. (Discurso de 15 de agosto 1945)


Pero surge en el mundo otro tercer vértice de la inquietud social: los que quieren justicia sin prosternarse ni ante Moscú, ni ante Berlín, ni ante Nueva York.


Debemos dejar establecido que el pensamiento político de Falange representa un auténtico bolivianismo subyacente en nuestra historia. Nuestro pensamiento no ha tenido hasta ahora símiles o parecidos en la política del país. Se equivocan quienes pretenden confundirlo bajo el común denominador de otros nacionalismos o socialismos predicados en el país. Nosotros nos alejamos tanto de ellos como ellos se alejaron del significado verdadero de la doctrina que predicaban.


…Pero, los falsos nacionalismos no hicieron más que cambiar la etiqueta de la vieja política boliviana. Ni la mística patriótica, ni la expresión vernácula les dio fisonomía histórica. Es más, los hombres que los amasaron fueron los mismos que después predicaron el internacionalismo político, el derrotismo o el cinismo ante el deber. Y ninguna de esas tres prédicas es compatible con la convicción sinceramente nacionalista.

…Lejos estamos de aquellos pseudo socialismos que se ejercitaron en la post guerra con pose demagógica y para sincerar ante la historia la actuación de quienes eludían responsabilidades inmediatas; porque esos socialismos evidenciaban la paradoja tantas veces constatada en nuestra política nacional, o de la etiqueta de un nombre rotulando la doctrina que menos interpretaba.


Y lejos estamos por fin, de todas las fracciones políticas acordes con la simulación democrática, que ambicionan solamente constituir fórmulas parlamentarias o de gobierno, olvidando que en la “cuestión social” es preciso tocar las raíces del problema y no operar en la superficie con “simples paliativos” como aconseja el evangelio marxista.

Podemos pues, afirmar categóricamente que nadie ni nunca podrá desmentir que Falange Socialista Boliviana es el partido de bolivianismo más auténtico y puro; que, en consecuencia, ninguna relación puede atribuírsele con el nazismo alemán, el fascismo italiano o el franquismo español, que sólo tiene significado para Bolivia y dentro de Bolivia. (Carta abierta del Jefe de Falange Socialista Boliviana al Señor Presidente de la Junta de Gobierno”, del 21 de septiembre de 1946).


Tampoco puede relacionársenos con los atisbos socialistas que se han intentado en el país, porque el socialismo marxista, cuyos partidos de expresión van a través de todas las combinaciones, desde la CROP hasta el PIR, han sido siempre negación y prédica disociadora; y las políticas han de ser por esencia constructivas, afirmativas. Culpable el socialismo marxista de la ausencia de civismo nacional, de derrotismo que nos ha envilecido, ha sido el destructor de los grandes principios espirituales, pero no ha construido en cambio ninguna conciencia política nueva, vital ni optimista.


Ello explica asimismo, por qué han sido abiertos los fuegos en contra de este núcleo joven e incontenible, desde todos los frentes; porque en la política boliviana, es el que mayor perímetro de combate ha presentado contra las derechas injustas y contra las izquierdas disociadoras.

(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)





No será la restauración de lo injusto, sino la realización de la justicia social. Pero demostraremos a los demagogos irresponsables del odio que la justicia no está junto al Capital de Marx, sino al evangelio de Cristo. (Mensaje 15 de agosto 1956)




De ahí pues que, un socialismo boliviano, cuyas fórmulas y sistemas sean captados de la realidad boliviana y cuyas finalidades sean expresamente inspiradas en la felicidad de los bolivianos, es la pauta de nuestra concepción socialista.




Nuestras reformas económicas serán más avanzadas y audaces que las que en su caso haría el marxismo. Audaces no en cuanto a confundir en una guerra sin cuartel, como enemigo del pueblo, a todo boliviano que contribuya a la producción nacional con su pequeño capital y su empresa. No; porque ese boliviano cumplirá una función social fecunda. Audaces seremos, y encabezaremos la vanguardia de las conquistas populares en la destrucción de las roscas, de los círculos financieros que crean dentro del Estado un Estado más poderoso; del capitalista que hace su fortuna mediante la explotación y que no pone esa su fortuna al servicio de un mayor progreso nacional, sino que la lleva a lejanas tierras distantes; del capitalista extranjero que succiona el trabajo del boliviano y no deja beneficio al país. Lucharemos por la liberación del pueblo boliviano del IMPERIALISMO EXTRANJERO.




(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)




Realizaremos la justicia social, pero en austeras formas de disciplina, sin repetir el drama de empujar a masas desvalidas en busca de su redención para arrojarlas a la anarquía, que acabará por destruirlas.




Lograremos la justicia como fruto de la solidaridad boliviana. Porque no ha de ser la justicia social engendro de odio y fruto de desunión nacional. Los comunistas de esta tierra, al ver que este pueblo se levanta libre y nacionalista, quisieran ponerlo en el potro de la lucha de clases, para descoyuntar como a Túpac Amaru el cuerpo de esta Patria que debe ser unida y fuerte.




(Discurso 15 de agosto 1945)




Nacionalismo, marxismo y capitalismo




El nacionalismo se basa, pues, en un concepto ético: la Patria, y una realidad social: la Nación. La humanidad está compuesta de diversos grupos sociales que están unidos por su tradición histórica, su alma nacional, sus costumbres, su unidad mental, su voluntad de ser. Por tanto, la política que es ciencia de realidad, ha de partir de este hecho, de esta realidad. Cada grupo tiene su historia y su destino y debe cumplirlos de acuerdo a sus modalidades y a sus virtudes.
El internacionalismo marxista o el de los grandes banqueros y mercaderes del mundo, ese sí que no admite nuestro nacionalismo. Porque destruye lo verdadero, endiosa y postula una Patria Universal irrealizable, porque para gobernarla habrá que fragmentarla de nuevo, habrá que admitir nuevos grupos sociales, todo sometido a organización internacional y todo desprovisto del sentimiento de la nacionalidad, que es el más grande de los fenómenos históricos.




Es decir, los nacionalistas no pueden transigir con los sin Patria, según los utilitarios de derecha o los materialistas de la izquierda.




El nacionalismo no es guerra. Todo lo contrario; la falta de respeto a la nacionalidad engendra las conquistas. Las conquistas sólo son posibles, porque se debilita el nacionalismo de un pueblo. Nosotros somos el país de América que más guerras hemos soportado, no por nacionalistas, sino por falta, por debilitamiento del espíritu nacional.




(Extractado de FSB, Programa de principios y otros documentos, 1972, Cochabamba)




Sobre la oligarquía




De vergüenza, porque los mismos historiadores de la democracia lo llaman “PUEBLO ENFERMO”, y los vecinos lo juzgan pueblo vencido; porque los niños aprenden el silabario del derrotismo y los hombres se anquilosan en la conformidad, porque la democracia que nos gobierna proclama la libertad de los poderosos, el derecho de negociar de los grandes mineros a costa de los obreros bolivianos. De “dejar hacer y dejar pasar” todas las calamidades que hacen más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Mientras esa misma democracia clausura la prensa libre, cancela las garantías ciudadanas, desata persecuciones, acalla la oposición y entrega el pan del pueblo a nuestros amos de Norteamérica y de Europa.




Y la miseria, impide que el pueblo boliviano celebre su aniversario patrio, porque mientras los Patiño, Aramayo, Hoschild, tienen dóciles servidores en los gobiernos que se apresuran a “corregir” las pocas conquistas sociales, el pueblo no tiene representantes ni mandatarios que se interesen por darles leyes de trabajo más humanitarias y más justas.




Pero hoy, son nuestros amos, unos cuantos gringos que gobiernan a través de las logias, unos cuantos malos bolivianos, dueños de nuestra hacienda; la rosca, la gran minería, el imperialismo, los que tienen maniatado y sometido al pueblo.




De esta manera, la derecha también se ha equivocado con nosotros… Hoy nos teme más que al marxismo; porque nos sabe más fuertes y más eficaces, sabe que con nosotros acabará el régimen de explotación y de privilegios de las roscas y del capitalismo.




(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)




Fascismo




Se dio por entender en estos tiempos que los nacionalismos serios, fuertes, intransigentes, como son y deben ser todos los nacionalismos, representaban una forma de política nazista o fascista. Es decir, la propia negación nacionalista.




Porque son justamente la antítesis de la conciencia nacionalista, el imperialismo, el extranjerismo y el internacionalismo.






(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)




Cuando las naciones del Eje estaban en su apogeo militar y en su éxito propagandístico, adoptamos esta divisa; “Ni Berlín ni Moscú: Bolivia Nueva”.




Lo hemos repetido en todos los tonos, lo hemos practicado en todos los terrenos: Bolivia debe volver sus ojos a su propia realidad, sin buscar amos ni modelos en el exterior. Lo dijimos cuando en la guerra europea ganaban los nazis y lo repetimos también cuando perdían.
Nuestro ideario no ha sufrido claudicaciones ni enmiendas, pues no somos de aquellos que por conseguir las veleidades del éxito momentáneo, reniegan de sus principios y mudan de piel con cada cambio de estación.




(Carta abierta del Jefe de Falange Socialista Boliviana al Señor Presidente de la Junta de Gobierno”, del 21 de septiembre de 1946).




Simón Bolívar




Una de las rectificaciones que pretendo en este trabajo, es demostrar que Bolívar no se opuso a la creación de Bolivia como Nación independiente. Y esta rectificación tiene mucha trascendencia para los bolivarianos y para los bolivianos.




Que el Libertador no mentía cuando desde el Perú, el 3 de agosto de 1825, escribía al presidente de la Asamblea, antes de que se proclamase la independencia y se diese su nombre a la República: “El Alto Perú contará con mi espada y con mi corazón: no tengo más que ofrecer”.




Estas rectificaciones son mi pequeño homenaje a la grande gloria de Bolívar. Al leer a Salvador Madariaga, se nos ocurre qué tan hondo fue el tajo de la espada de Bolívar en el corazón de la metrópoli, que todavía está sangrando. Madariaga ha pintado a un Bolívar con el fuerte contraste de sus pasiones humanas y en vez de empequeñecerlo, ha destacado mayormente su grandeza. Porque lo que vale en el destino del hombre es la lucha interior. Cumplir un destino de grandeza, a pesar de nuestras propias miserias; he ahí el secreto de la virtud. Bolívar tenía muy grandes y muy feos defectos; pero cumplió su destino de libertador y de estadista. ¡Y ahí está su gloria!




Como enseña Carlyle, tengo mis héroes en la intimidad de la conciencia. Mi Bolívar no es un semidiós, ni un genio, ni un astro como el sol: es nada menos que todo un hombre.




(La Creación de Bolivia, Oscar Unzaga, libro inédito)




Nacionalidad, geografía y geopolítica de Bolivia




Todo boliviano que quiera sentir la realidad geográfica de su Patria, la misión histórica de nuestro pueblo, debe empaparse de las ideas de Jaime Mendoza.




En el continente sudamericano que se liberaba de España, tres son los grandes factores geográficos: el istmo de Panamá, la meseta boliviana y el estuario del Plata. En estos tres factores gira, como sobre un eje, la geografía de Sudamérica. Pero, la meseta boliviana, y por extensión, todo el macizo andino, que, según Jaime Mendoza, es el factor geográfico de nuestra nacionalidad, opera como un nudo que atase los distintos grupos geográficos del continente. Alberto Ostria Gutiérrez sostiene que la geografía boliviana: “sirve de nudo a las tres estructuras que le rodean: la peruana, la argentina y la brasileña”.




Ningún otro país de la América meridional se halla en iguales condiciones geográficas que Bolivia. El Brasil, a pesar de su enorme extensión, pertenece a los sistemas hidrográficos del amazonas y del plata, pero no del pacífico. La Argentina pertenece al plata y el atlántico, pero no al amazonas. El Perú al pacífico y amazonas, no del plata. Chile al pacífico.




Bolivia tiene triple faz geográfica: pacífico, amazonas y plata. Las naciones son del atlántico o del pacífico. Bolivia tiende sus brazos de agua a los dos océanos. En Chuquisaca, de dos gotas de agua, como dice René Moreno, una va al amazonas y otra al plata. De esta manera, el Alto Perú era nudo y abrazo de todo el continente. Cadena necesaria para la unidad continental y para establecer el equilibrio de esas distintas Américas que se tocaban en nuestras montañas.




Julio Méndez sintió esa profunda emoción de americanidad del País y dijo esa frase que debería esculpirse en las escuelas: “Si Bolivia no existiera, hubiera habido necesidad de crearla”. Esta era la frase que necesitábamos escoger para encontrar nuestro destino. Pero nuestra ausencia de civismo, nuestra búsqueda de frases que nos niegan, las que ayudarían nuestra polonización, como aquella de “somos un absurdo geográfico”, proclaman indirectamente la negación de Patria. De la frase de Méndez, de aquella que demuestra que Bolivia es indispensable para el destino continental, nunca se la enseñó; sobre esta misma frase debemos meditar. Los diplomáticos nuestros, si pensaran un poco menos en ellos y sólo cono el amor a la Patria, podrían haber trazado una política boliviana de finalidades permanentes.




Y ese macizo andino, nódulo de América, al bajar con la línea de signo escalonado hacia los ríos, va formando valles, serranías y llanos. Todos los climas y todos los productos, en ayuda de una Nación y de su economía. El sabio francés D’Orbigny, después de visitar Bolivia decía: “Si la tierra desapareciera quedando solamente Bolivia, todos los productos y climas de la tierra se hallarían allí. Bolivia es la síntesis del cosmos”.




Hay que enseñar a los bolivianos que no somos un absurdo de la geografía, porque eso nos conduce a la pereza. Digamos que tanta variedad y producción nos invita al trabajo y a la empresa. Que Bolivia no será un absurdo cuando sea un país de energía y de trabajo. Cuando la política sea una gran empresa histórica y no una gran empresa comercial.
Queda pues dicho que el Alto Perú reunía factores geográficos positivos. He ahí el factor geográfico obrando: “núcleo básico de la nacionalidad boliviana”.




(La Creación de Bolivia, Oscar Unzaga, libro inédito)




Bolivianismo




Los pueblos que saben dignificarse en el trabajo y en las luchas, los pueblos que tienen ungida la piel por el sudor o por la sangre, son pueblos llamados a grandes destinos. Y el destino de Bolivia es grande.




(Mensaje al pueblo de Bolivia, 6 agosto 1941)




Cuando pongamos en servicio de Bolivia, disciplinadamente, la mente para servirla, el corazón para defenderla, vendrán días mejores que los pobres miopes de una realidad enferma no pueden esperar. (Discurso de 15 de agosto de 1945)




Es un embuste aquello de que Bolivia se hizo contra la realidad geográfica e histórica. Sólo por el capricho y la ambición de los doctores altoperuanos.




La lucha por nuestra independencia se desarrolló en tales condiciones, que demostró al Alto Perú que, así como debía contar con sólo sus esfuerzos para darse la libertad; que así como estaba solo ante la adversidad, así también en la vida independiente, debía vivir como unidad política autónoma.




Siempre repetimos en nuestros discursos que nuestra Patria fue la primera en lanzar el grito de libertad y la última en conseguirla. Y así fue en efecto; mientras se luchó por la libertad en América, en la homérica epopeya de quince años, no hubo un solo día que en el Alto Perú no se derramase sangre por la libertad. Pero debemos comprender que desde 1809, en Chuquisaca, hasta 1825, en Tumusla; esa sangre vertida no se derramó para que florezca en laureles, sino que se coaguló como un poderoso cohesionante por la nacionalidad por que combatía.




El 25 de mayo de 1809 se lanzó el primer grito de independencia, y combatimos nosotros, los altoperuanos, solos y sin recursos, hasta abril de 1825, en Tumusla; por conseguir la independencia. La lucha fue ejemplar en su bravura. Bartolomé Mitre, al historiar la emancipación sudamericana, expresa que probablemente, el capítulo más heroico está en la guerra de guerrillas de los altoperuanos. Dice así Mitre: “Con fortaleza para resistir y morir estoicamente en los campos de batalla y en los suplicios, y aún para triunfar, algunas veces casi inermes, las muchedumbres del Alto Perú ofrecen uno de los espectáculos más heroicos de la revolución sudamericana”.




(La Creación de Bolivia, Oscar Unzaga, libro inédito)




En los campos de la inmensa Bolivia están todavía flameando las banderas de los guiñapos sangrientos de todos sus hijos heroicos que lucharon por una Patria libre. En las encrucijadas de la áspera montaña está la sombra de los guerrilleros, en la puna brava está el surco de sangre de los indios rebeldes; en el extenso pajonal, junto a los ríos que culebrean en la selva quedan los despojos de los héroes del trópico. ¡Cien años de heroísmo por tener libertad y otros cien por mantenerla no pueden hacer una Patria vencida!
(Discurso 15 de agosto 1945)




La historia de Bolivia ha sido escrita contra Bolivia. El anti bolivianismo de las páginas de historia, fomentan la colonia. Para conseguir nuestra independencia económica, junto a nuestra independencia política, para ser libres de verdad, necesitamos una historia de Bolivia escrita con alma de bolivianos”.




A la historia oficial negativa, contesto con estas páginas de historia entusiasta; las digo en la esperanza de que otros la concluyan.




Las batallas y las montañas, los hombres y los accidentes, habían acentuado el proceso de nuestra nacionalidad. En 1825, la evidencia era completa: por su personalidad característica, por su aislamiento en los hechos, por su geografía, por su desvinculación del Perú a cuya jurisdicción ya no pertenecía; por alejamiento del Río de la Plata, cuyos fracasos militares habían formado las barreras de que habla Mitre; el Alto Perú, después de Ayacucho y Tumusla, no podía ser de otro que de sí mismo.




Así lo comprendieron todos. Lima y Buenos Aires, que ratificaron en sus decretos el derecho a la autodeterminación. Sucre y Bolívar; Álvarez de Arenales, que se encontró con la firme voluntad de Tarija de pertenecer al Alto Perú; Alvear y Díaz Vélez, que vinieron en misión diplomática del Río de la Plata; en fin, analizando cuidadosamente los documentos, se llega a la conclusión de que las provincias altoperuanas sólo podían organizarse independientemente.
¿Preguntaréis cuál mi homenaje a Bolivia? Mi esperanza en sus destinos.




Nada podríamos emprender en el futuro, no podríamos iniciar la gran empresa de mañana, si aceptamos la historia oficial del anti bolivianismo. Negarnos como Nación, como sangre, como suelo, es abrir los caminos del entreguismo y el coloniaje.




En respuesta a los escritores, historiadores y políticos que han negado a Bolivia y han denigrado a los bolivianos, despertemos la fe en nosotros mismos. La conciencia de la bolivianidad es lo principal, es lo básico, lo urgente. Una conciencia vigilante que nos señale nuestros errores y nuestras virtudes, no para renunciar a nuestros destinos, sino para superarnos.




Para vencer el infortunio nos queda el amor a Bolivia. Ese amor a Bolivia hará milagros, a despecho de los anti bolivianos.




(La Creación de Bolivia, Oscar Unzaga, libro inédito)





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