INTRODUCCION
En nombre de los falangistas que en todo tiempo lucharon por la causa de la liberación de Bolivia, tenemos el honor de presentar este informe, debido a la necesidad de contar con una relación resumida que consigne los acontecimientos referidos a la persecución política contra los militantes de Falange Socialista Boliviana y el pueblo boliviano, durante los regímenes despóticos de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo, entre los años 1952 y 1964.
Este documento se suma a las gestiones emprendidas por la militancia falangista ante las autoridades del Honorable Congreso Nacional, para lograr la modificación del artículo 26 del Proyecto de Ley de Indemnización a Víctimas de la Violencia Política. A la realización de esta iniciativa contribuyó, de manera muy importante, la Defensora del Pueblo Lic. Ana María Romero de Campero, quien, en sendas notas enviadas el 12 de abril de 2001, al Presidente de la Cámara de Senadores, H. Leopoldo Fernández y al Vicepresidente de la República, Ing. Jorge Quiroga Ramírez, recomendó la importancia de aplicar la mencionada Ley desde fecha 9 de abril de 1952.
Este documento queda a disposición de las autoridades, con el objetivo de facilitar información que contribuya al esclarecimiento de sucesos históricos, que repercuten hasta el tiempo presente, para la realización de cualquier gestión legal. Asimismo, lo exponemos al alcance de la investigación periodística y para el conocimiento del público interesado.
Esta será una constancia más, en medio de la abundante prueba documental, reunida junto a una amplia literatura, información periodística y testimonios personales, respecto a una época que significó la represión política más grande de la historia de Bolivia, sin parangón en nuestro tiempo. Es nuestro deseo que se lo tenga como un recordatorio para la posteridad, y que podamos evitar que esos tiempos vuelvan, al impedir que sus cómplices y sus herederos se resguarden en la impunidad, que hoy día les sirve para incubar nuevas conjuras contra la integridad patria.
Por Bolivia Engrandecida y Renovada
CONTENIDO
En nombre de los falangistas que en todo tiempo lucharon por la causa de la liberación de Bolivia, tenemos el honor de presentar este informe, debido a la necesidad de contar con una relación resumida que consigne los acontecimientos referidos a la persecución política contra los militantes de Falange Socialista Boliviana y el pueblo boliviano, durante los regímenes despóticos de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo, entre los años 1952 y 1964.
Este documento se suma a las gestiones emprendidas por la militancia falangista ante las autoridades del Honorable Congreso Nacional, para lograr la modificación del artículo 26 del Proyecto de Ley de Indemnización a Víctimas de la Violencia Política. A la realización de esta iniciativa contribuyó, de manera muy importante, la Defensora del Pueblo Lic. Ana María Romero de Campero, quien, en sendas notas enviadas el 12 de abril de 2001, al Presidente de la Cámara de Senadores, H. Leopoldo Fernández y al Vicepresidente de la República, Ing. Jorge Quiroga Ramírez, recomendó la importancia de aplicar la mencionada Ley desde fecha 9 de abril de 1952.
Este documento queda a disposición de las autoridades, con el objetivo de facilitar información que contribuya al esclarecimiento de sucesos históricos, que repercuten hasta el tiempo presente, para la realización de cualquier gestión legal. Asimismo, lo exponemos al alcance de la investigación periodística y para el conocimiento del público interesado.
Esta será una constancia más, en medio de la abundante prueba documental, reunida junto a una amplia literatura, información periodística y testimonios personales, respecto a una época que significó la represión política más grande de la historia de Bolivia, sin parangón en nuestro tiempo. Es nuestro deseo que se lo tenga como un recordatorio para la posteridad, y que podamos evitar que esos tiempos vuelvan, al impedir que sus cómplices y sus herederos se resguarden en la impunidad, que hoy día les sirve para incubar nuevas conjuras contra la integridad patria.
Por Bolivia Engrandecida y Renovada
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
Capitulo I
REFERENCIAS GENERALES
Inicio de la persecución
Gobiernos promotores de la represión política
Otras autoridades encargadas de la represión
Asesoramiento de elementos extranjeros para la represión Violaciones de los derechos humanos
Víctimas de la represión
Centros de detención y tortura
Capitulo II
CONTROL POLITICO Y CAMPOS DE CONCENTRACION
Control Político
Autores de represión y torturas
Algunos métodos de tortura utilizados
Los campos de concentración
Capitulo III
ALGUNOS CASOS SOBRESALIENTES DE LA PERSECUCION
Gran redada del 15 de abril de 1955
Marcha del hambre de 1956
Secuestro aéreo
Violación de la autonomía universitaria
Capitulo IV
ATAQUES CONTRA SANTA CRUZ
Primera invasión de Santa Cruz
Matanza de Terebinto y “poza de las liras”
Capítulo V
CUARTEL “SUCRE” Y ASESINATO DE OSCAR UNZAGA
Cuartel “Sucre”
Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega
EPILOGO
BIBLIOGRAFIA
OTROS DOCUMENTOS
Capitulo I
Capitulo I
REFERENCIAS GENERALES
Inicio de la persecución
Gobiernos promotores de la represión política
Otras autoridades encargadas de la represión
Asesoramiento de elementos extranjeros para la represión Violaciones de los derechos humanos
Víctimas de la represión
Centros de detención y tortura
Capitulo II
CONTROL POLITICO Y CAMPOS DE CONCENTRACION
Control Político
Autores de represión y torturas
Algunos métodos de tortura utilizados
Los campos de concentración
Capitulo III
ALGUNOS CASOS SOBRESALIENTES DE LA PERSECUCION
Gran redada del 15 de abril de 1955
Marcha del hambre de 1956
Secuestro aéreo
Violación de la autonomía universitaria
Capitulo IV
ATAQUES CONTRA SANTA CRUZ
Primera invasión de Santa Cruz
Matanza de Terebinto y “poza de las liras”
Capítulo V
CUARTEL “SUCRE” Y ASESINATO DE OSCAR UNZAGA
Cuartel “Sucre”
Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega
EPILOGO
BIBLIOGRAFIA
OTROS DOCUMENTOS
Capitulo I
REFERENCIAS GENERALES
Inicio de la persecución.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) toma el poder como resultado de una insurrección popular triunfante el 9 de abril de 1952.
Hernán Siles Zuazo, quien dirige esta revolución, gobierna interinamente durante tres días, luego de los cuales entrega las riendas del poder en manos de Víctor Paz Estenssoro, el mismo que retorna de su exilio en Buenos Aires, Argentina, para instalarse como Presidente de la República.
En nombre de la “Revolución Nacional”, el gobierno movimientista organiza grupos paramilitares como milicias armadas y cierra el Colegio Militar. Realiza reformas de corte demagógico que comienzan a deteriorar la economía del país. Son asaltadas propiedades rurales. Se inicia gradualmente la corrupción y el régimen da un giro de tinte comunista, asociándose con partidos marxistas, a tiempo de convertirse en refugio de elementos provenientes del extinto PIR.
Ante esta situación anarquizante, Oscar Unzaga de la Vega, Jefe de Falange Socialista Boliviana (FSB), fuerza política nacionalista que rechaza participar dentro del régimen imperante, emite un manifiesto público en fecha 15 de agosto de 1952, ejerciendo su derecho a la libre expresión, al señalar que las reforma efectuadas por el MNR eran incompletas y colocaban a nuestra Nación en dependencia del intervencionismo extranjero. Puntualizaba que habiéndose producido el colapso del Estado individualista de la oligarquía minero feudal, se hacía necesario reorientar la “Revolución Nacional”, porque el régimen pazestenssorista sufría una desviación marxista. Tal era la desorientación en que de inicio se encontraba el nuevo gobierno.
El régimen de Víctor Paz Estenssoro califica el manifiesto falangista como subversivo y, desechando cualquier solución pacífica, ordena la detención de 400 militantes y dirigentes de FSB, en fecha 27 de agosto de 1952. Se trata de la primera acción represiva realizada masivamente, aplicando torturas, confinamiento en Ixiamas y posterior destierro.
La victoria inicial del MNR se convirtió en debilidad a causa de sus contradicciones políticas, la corrupción que institucionalizó y la inviabilidad de las reformas emprendidas por sus dirigentes. La represión se volvió contra el pueblo boliviano y su juventud, quienes reclamaban por libertad y justicia social.
Gobiernos promotores de la represión política.
La represión política se ejerció durante toda la época de la tiranía implantada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), desde el año 1952 hasta el año 1964.
Esta represión fue ordenada por los presidentes de la República de ese entonces: Víctor Paz Estenssoro, gobernando durante los años 1952-1956, 1960-1964 y Hernán Siles Zuazo, dentro de su gestión 1956-1959.
Otras autoridades encargadas de la represión.
Walter Guevara Arce: Ministro de gobierno.
Ñuflo Chávez Ortiz: Vicepresidente de la República en el gobierno de Siles Zuazo.
José Fellman Velarde: Secretario de la Presidencia.
Claudio San Román: Jefe Nacional de control político.
Luis Gayán Contador: Jefe de la Sección Segunda de la Policía Nacional y de INTERPOL (de nacionalidad chilena, contratado para realizar actividades represivas).
Edil Sandóval Morón: Ministro de agricultura.
Luis Sandóval Morón: Jefe del Comando Departamental del MNR en Santa Cruz.
Raúl Gómez Jáuregui: preso común liberado y nombrado Secretario General de Control Político, y más tarde, Sub-Jefe.
Jorge Rojas Pereyra: Teniente de policías, Jefe de Control Político (Ñanderoga) en Santa Cruz.
Asesoramiento de elementos extranjeros para la represión.
Elementos izquierdistas: Miembros de las brigadas comunistas internacionales, para las represiones; dirigidos por el comunista español Francisco Lluch, quien era un veterano combatiente de las milicias republicanas, durante la guerra civil española; con un equipo integrado también por César Barbajelata y Alberto Rengén, entre otros. Operaban mediante el Departamento de Coordinación del gobierno.
Represores provenientes del fascismo: Elementos dirigidos por el oficial de las SS nazis alemanas Mario Busch; quien ingresó a Bolivia con un equipo integrado por nazis y miembros del grupo fascista croata “Ustacha”. Mientras estos se encontraban refugiados en la Argentina por el gobierno del Presidente Juan Domingo Perón; este los envió a Bolivia en el año de 1952, a petición del Presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro; a fin de cumplir tareas de asesoramiento para la represión contra los perseguidos falangistas y los demás opositores.
El sostenimiento de la Inteligencia norteamericana: Todo el aparato represivo del régimen del MNR estuvo sostenido económicamente por el gobierno de los Estados Unidos, el cual asignó la suma de tres dólares diarios por cada preso político. Mediante USAID (Agencia norteamericana con el membrete de ayuda para el desarrollo) llegó al país en el año de 1964, el General Jacob Jackson de las fuerzas especiales norteamericanas, quien había entrenado a las tropas estadounidenses durante la guerra de Vietnam. Fue enviado a Bolivia para dirigir las operaciones militares contra la guerrilla falangista de Alto Paraguá.
Violaciones de los derechos humanos.
La Organización de las Naciones Unidas, del cual forma parte Bolivia, proclama desde su fundación en 1945, la defensa de los Derechos Naturales del Hombre.
La primera Constitución Política del Estado, promulgada el 19 de noviembre de 1826, por el Congreso General Constituyente, durante la presidencia de la República del Libertador Simón Bolívar, garantiza los derechos fundamentales de la persona, a la vida, la salud y a la seguridad, en el artículo 149, del Título III. Los derechos civiles de los ciudadanos son garantizados por el Presidente de la República de Bolivia, Mariscal Antonio José de Sucre, en su discurso de instalación de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia.
Violación de los derechos constitucionales, que prohíben la proscripción por motivos políticos.
Persecución, encarcelamiento, centros de tortura, campos de concentración, exilio, genocidio, asesinatos, operaciones de exterminio, masacres, descuartizamientos, violaciones, desaparición forzada, trabajos de esclavitud, presión psicológica.
Confiscaciones de bienes, robo a los detenidos, allanamientos de morada.
Bolivia convertida en un país ocupado con “estados de sitio” permanentes, incursiones punitivas sobre la ciudad de Santa Cruz, asolamiento de comunidades campesinas, conculcación de la autonomía universitaria, formación de grupos paramilitares llamados “milicianos” y “barzolas”.
Víctimas de la represión.
-Persecución contra miembros de Falange Socialista Boliviana (FSB).
-Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega, Jefe de FSB.
-Comité Cívico Pro Santa Cruz.
-Unión Juvenil Cruceñista.
-Fuerzas Armadas.
-Universitarios y estudiantes.
-Fabriles, campesinos, mineros.
-Disidentes del MNR.
-Miembros de otros partidos políticos.
Centros de detención y tortura.
-Campos de concentración.
-Panóptico de la zona de San Pedro en la ciudad de La Paz.
-Escuela de Policías.
-Filiales de control Político en todo el país.
-Sección Segunda de la Policía.
-Sótanos del Palacio de gobierno.
-Sótanos de las prefecturas departamentales.
-Domicilio del Jefe Nacional de Control Político Claudio San Román.
-Sedes de los comandos departamentales del MNR.
Capitulo II
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) toma el poder como resultado de una insurrección popular triunfante el 9 de abril de 1952.
Hernán Siles Zuazo, quien dirige esta revolución, gobierna interinamente durante tres días, luego de los cuales entrega las riendas del poder en manos de Víctor Paz Estenssoro, el mismo que retorna de su exilio en Buenos Aires, Argentina, para instalarse como Presidente de la República.
En nombre de la “Revolución Nacional”, el gobierno movimientista organiza grupos paramilitares como milicias armadas y cierra el Colegio Militar. Realiza reformas de corte demagógico que comienzan a deteriorar la economía del país. Son asaltadas propiedades rurales. Se inicia gradualmente la corrupción y el régimen da un giro de tinte comunista, asociándose con partidos marxistas, a tiempo de convertirse en refugio de elementos provenientes del extinto PIR.
Ante esta situación anarquizante, Oscar Unzaga de la Vega, Jefe de Falange Socialista Boliviana (FSB), fuerza política nacionalista que rechaza participar dentro del régimen imperante, emite un manifiesto público en fecha 15 de agosto de 1952, ejerciendo su derecho a la libre expresión, al señalar que las reforma efectuadas por el MNR eran incompletas y colocaban a nuestra Nación en dependencia del intervencionismo extranjero. Puntualizaba que habiéndose producido el colapso del Estado individualista de la oligarquía minero feudal, se hacía necesario reorientar la “Revolución Nacional”, porque el régimen pazestenssorista sufría una desviación marxista. Tal era la desorientación en que de inicio se encontraba el nuevo gobierno.
El régimen de Víctor Paz Estenssoro califica el manifiesto falangista como subversivo y, desechando cualquier solución pacífica, ordena la detención de 400 militantes y dirigentes de FSB, en fecha 27 de agosto de 1952. Se trata de la primera acción represiva realizada masivamente, aplicando torturas, confinamiento en Ixiamas y posterior destierro.
La victoria inicial del MNR se convirtió en debilidad a causa de sus contradicciones políticas, la corrupción que institucionalizó y la inviabilidad de las reformas emprendidas por sus dirigentes. La represión se volvió contra el pueblo boliviano y su juventud, quienes reclamaban por libertad y justicia social.
Gobiernos promotores de la represión política.
La represión política se ejerció durante toda la época de la tiranía implantada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), desde el año 1952 hasta el año 1964.
Esta represión fue ordenada por los presidentes de la República de ese entonces: Víctor Paz Estenssoro, gobernando durante los años 1952-1956, 1960-1964 y Hernán Siles Zuazo, dentro de su gestión 1956-1959.
Otras autoridades encargadas de la represión.
Walter Guevara Arce: Ministro de gobierno.
Ñuflo Chávez Ortiz: Vicepresidente de la República en el gobierno de Siles Zuazo.
José Fellman Velarde: Secretario de la Presidencia.
Claudio San Román: Jefe Nacional de control político.
Luis Gayán Contador: Jefe de la Sección Segunda de la Policía Nacional y de INTERPOL (de nacionalidad chilena, contratado para realizar actividades represivas).
Edil Sandóval Morón: Ministro de agricultura.
Luis Sandóval Morón: Jefe del Comando Departamental del MNR en Santa Cruz.
Raúl Gómez Jáuregui: preso común liberado y nombrado Secretario General de Control Político, y más tarde, Sub-Jefe.
Jorge Rojas Pereyra: Teniente de policías, Jefe de Control Político (Ñanderoga) en Santa Cruz.
Asesoramiento de elementos extranjeros para la represión.
Elementos izquierdistas: Miembros de las brigadas comunistas internacionales, para las represiones; dirigidos por el comunista español Francisco Lluch, quien era un veterano combatiente de las milicias republicanas, durante la guerra civil española; con un equipo integrado también por César Barbajelata y Alberto Rengén, entre otros. Operaban mediante el Departamento de Coordinación del gobierno.
Represores provenientes del fascismo: Elementos dirigidos por el oficial de las SS nazis alemanas Mario Busch; quien ingresó a Bolivia con un equipo integrado por nazis y miembros del grupo fascista croata “Ustacha”. Mientras estos se encontraban refugiados en la Argentina por el gobierno del Presidente Juan Domingo Perón; este los envió a Bolivia en el año de 1952, a petición del Presidente boliviano Víctor Paz Estenssoro; a fin de cumplir tareas de asesoramiento para la represión contra los perseguidos falangistas y los demás opositores.
El sostenimiento de la Inteligencia norteamericana: Todo el aparato represivo del régimen del MNR estuvo sostenido económicamente por el gobierno de los Estados Unidos, el cual asignó la suma de tres dólares diarios por cada preso político. Mediante USAID (Agencia norteamericana con el membrete de ayuda para el desarrollo) llegó al país en el año de 1964, el General Jacob Jackson de las fuerzas especiales norteamericanas, quien había entrenado a las tropas estadounidenses durante la guerra de Vietnam. Fue enviado a Bolivia para dirigir las operaciones militares contra la guerrilla falangista de Alto Paraguá.
Violaciones de los derechos humanos.
La Organización de las Naciones Unidas, del cual forma parte Bolivia, proclama desde su fundación en 1945, la defensa de los Derechos Naturales del Hombre.
La primera Constitución Política del Estado, promulgada el 19 de noviembre de 1826, por el Congreso General Constituyente, durante la presidencia de la República del Libertador Simón Bolívar, garantiza los derechos fundamentales de la persona, a la vida, la salud y a la seguridad, en el artículo 149, del Título III. Los derechos civiles de los ciudadanos son garantizados por el Presidente de la República de Bolivia, Mariscal Antonio José de Sucre, en su discurso de instalación de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia.
Violación de los derechos constitucionales, que prohíben la proscripción por motivos políticos.
Persecución, encarcelamiento, centros de tortura, campos de concentración, exilio, genocidio, asesinatos, operaciones de exterminio, masacres, descuartizamientos, violaciones, desaparición forzada, trabajos de esclavitud, presión psicológica.
Confiscaciones de bienes, robo a los detenidos, allanamientos de morada.
Bolivia convertida en un país ocupado con “estados de sitio” permanentes, incursiones punitivas sobre la ciudad de Santa Cruz, asolamiento de comunidades campesinas, conculcación de la autonomía universitaria, formación de grupos paramilitares llamados “milicianos” y “barzolas”.
Víctimas de la represión.
-Persecución contra miembros de Falange Socialista Boliviana (FSB).
-Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega, Jefe de FSB.
-Comité Cívico Pro Santa Cruz.
-Unión Juvenil Cruceñista.
-Fuerzas Armadas.
-Universitarios y estudiantes.
-Fabriles, campesinos, mineros.
-Disidentes del MNR.
-Miembros de otros partidos políticos.
Centros de detención y tortura.
-Campos de concentración.
-Panóptico de la zona de San Pedro en la ciudad de La Paz.
-Escuela de Policías.
-Filiales de control Político en todo el país.
-Sección Segunda de la Policía.
-Sótanos del Palacio de gobierno.
-Sótanos de las prefecturas departamentales.
-Domicilio del Jefe Nacional de Control Político Claudio San Román.
-Sedes de los comandos departamentales del MNR.
Capitulo II
CONTROL POLITICO Y CAMPOS DE CONCENTRACION
Control Político.Organismo estatal para la detención y tortura de opositores políticos. Funcionaba con filiales en todo el interior de la República. Por sus celdas pasaron militantes falangistas, militares, sindicalistas, jóvenes estudiantes, hasta personas inocentes encarceladas por intereses particulares de los represores.
Dos importantes sedes de Control Político se encontraban, además de todas las capitales de departamento, una en la ciudad de La Paz, ubicada en la calle Potosí, esquina Socabaya, frente al Palacio de justicia; otra se hallaba en la ciudad de Santa Cruz y era conocida con el nombre de “Ñanderoga”, situada en la Plaza 24 de septiembre.
Durante estos doce años de tiranía, Control Político cambió de nombres; pero, conservando el mismo propósito represivo para el que fue creado: Control Político, Departamento de Coordinación, Departamento de Informaciones y Seguridad del Estado, etc.
Como ejemplo, consignamos algunos de ellos, con los decretos supremos con que fueron instaurados:
Departamento de Control y Seguridad Pública: dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 4 de enero de 1954.
Dirección General de Informaciones y Seguridad del Estado: Dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Hernán Siles Zuazo, en fecha 24 de Febrero de 1959.
Sección Segunda: Dependiente de la Dirección General de Policías. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 8 de septiembre de 1960.
Autores de represión y torturas.
Claudio San Román: Jefe Nacional de Control Político.
Mario Zuleta: Jefe de Control Político en La Paz.
Raúl Gómez Jáuregui: Preso común.
Marcel Tonnelier: de nacionalidad francesa, que se encontraba preso en el panóptico de San Pedro por asesinato, fue encargado de las torturas como experto en latigazos.
Jorge Rojas Pereyra: Teniente de Policías, Jefe de Ñanderoga en Santa Cruz.
Adhemar Menacho: Jefe de Control Político en Sucre y Cochabamba.
Algunos métodos de tortura utilizados.
-Flagelación en todo el cuerpo con latigazos de alambre flexible; cintas de motor de camión; azotes con cadenas en manos, pies y cuerpo.
-Golpes en el cuerpo con diversos objetos, como palos, culata de fusil o revólver.
-Aplicación de cigarrillos encendidos en diferentes partes del cuerpo.
-Hacer trotar al prisionero alrededor del patio carcelario, despertado en altas horas de la noche, azotado con correa de motor, culatazos, palos, puntapiés, etc., resultando en rotura de costillas, huesos y articulaciones.
-Víctima desnudada, colocada boca abajo en el piso y azotada hasta dejarla exánime.
-Golpiza a la víctima entre varios esbirros.
-Introducción en el ano de varas cilíndricas de madera, a golpes de martillo.
-Castigo a los testículos con aparatos especiales de tortura o con la mano.
-Golpes con “laque” en las manos hasta reventarlas.
-Hacer pernoctar al torturado de pie en la piscina con agua hasta los tobillos.
-“Cuartito azul”, que consistía en una caseta preparada para que sólo pudiera entrar el detenido, quien pernoctaba de pie, mirando al exterior por medio de un orificio practicado en la puerta de la caseta, a la altura de los ojos.
-Hacer limpiar al detenido los baños a golpes.
-Obligar al prisionero a limpiar el patio y los lavaderos de Control Político, donde se encontraba la sangre cuajada de otros camaradas torturados.
-Privación de sueño, agua y alimentos durante varios días.
-Ocupación del baño a horas irregulares.
-Robo al detenido de viandas, ropa y frazadas.
En fecha 4 de noviembre de 1964, los centros de Control Político fueron tomados y cerrados por una insurrección popular que derrocó al régimen movimientista. Control Político de La Paz, fue tomado por revolucionarios fabriles y universitarios, que liberaron a los presos. En Santa Cruz, el local de Ñanderoga cayó bajo la acción revolucionaria de las entidades cívicas y estudiantiles.
Los campos de concentración.Eran, anteriormente a la llegada del MNR al poder, en su mayoría, recintos cuartelarios, más tarde destinados para enclaustrar a prisioneros políticos, opositores al gobierno movimientista. Muchos fueron confinados más de dos veces.
Los campos de concentración se encontraban en: Corocoro, Uncía, Catavi, Curahuara de Carangas y Siglo XX.
En estos campos de concentración se torturaba, sometían a trabajos esclavizantes, y llegaron a matar a quienes trataron de huir. También hicieron desaparecer a prisioneros, cuyo destino es desconocido hasta el día de hoy.
Estos campos de tortura fueron los primeros que se instauraron en Latinoamérica, oficializados por Decreto Supremo 1619, de fecha 28 de enero de 1954, por el Presidente Víctor Paz Estenssoro. Aunque antes de esta fecha, ya funcionaba el campo de concentración de Corocoro, desde junio de 1953. Una parte del texto del mencionado decreto, rezaba:
Artículo 1° “Para la reclusión de los procesados sujetos a la jurisdicción castrense, se establece, con carácter eventual y mientras se construya una penitenciaría militar, los siguientes penales”:
“N° 1. En el cuartel de Corocoro, del Departamento de La Paz”. “N° 2. En el cuartel de Uncía del Departamento de Potosí”. “N° 3. En el cuartel de Catavi del Departamento de Potosí”.
Los demás campos de concentración, como los de Uncía, Catavi, Siglo XX, y Curahuara de Carangas, fueron instalados porque los prisioneros ya sumaban a miles; por lo cual el campo de Corocoro resultaba insuficiente. Este decreto declaraba que los campos eran entregados en manos de los sindicatos mineros. A pedido de Juan Lechín Oquendo, los mineros fueron retirados, quedando a cargo de la guardia de carabineros.
Las poblaciones donde se instalaron estos campos de concentración, eran amedrentadas por las milicias movimientistas. Estos campos fueron cerrados por el gobierno, debido a una amnistía decretada en junio de 1956, para aparentar una reapertura democrática.
Cuando el gobierno de Hernán Siles Zuazo se disponía a reabrir estos campos, enviando un lote de 47 prisioneros falangistas, en septiembre del mismo año, como se relatará más adelante; el avión que transportaba a los detenidos, desde Santa Cruz, es secuestrado por los mismos, en una espectacular fuga, que desvía el avión a Salta, Argentina; desde donde ellos denuncian al mundo sobre la existencia de campos de concentración en Bolivia. El Presidente Siles Zuazo se ve obligado a desistir de su reapertura, debido a la fuerte crítica internacional.
Mencionar dos campos de concentración nos dará el ejemplo de lo que ahí se vivía:
Corocoro.
Ex guarnición del ejército ubicada al sur del departamento de La Paz; fue el primer campo de concentración de la tiranía. Este recibió sus primeros 300 prisioneros, provenientes del panóptico de San Pedro, en junio de 1953.
Entre algunas de las vejaciones podemos citar las siguientes:
Incomunicación completa del exterior. La fecha en que se abrió este campo, los prisioneros estuvieron encerrados en cuadras toda la noche. Sólo se permitía a los presos realizar las necesidades orgánicas una vez en el día, llevados en parejas, a la intemperie, bajo la vigilancia de guardias.
Pocas veces se permitía la recepción de encomiendas, las cuales eran requisadas y confiscadas. Deficiente alimentación, generalmente podrida. Días sin comer.
Milicianos disfrazados de mineros lanzaban cartuchos de dinamita al patio del recinto gritando insultos y amenazas.
Sometidos a trabajos de esclavitud, recogiendo leña sobre las espaldas a distancias de 6 a 10 kilómetros, a latigazos; con frecuencia, después de estar días sin comer. Esta leña era utilizada por los jefes de los sindicatos o se la vendía al pueblo. Otros grupos eran destinados a trabajos de construcción, limpieza de carreteras y obras municipales.
Vestimenta andrajosa y, en muchos casos, sin zapatos, debido al desgaste.
Curahuara.
Ubicado en la región de Carangas, en el departamento de Oruro.
Ex cuartel del Regimiento “Andino”, tenía capacidad para 300 hombres, con cuadras reducidas, donde se hacinaban a los prisioneros, que sobrepasaban esta cantidad.
Este campo de concentración se abrió por orden de Paz Estenssoro y a sugerencia de José Fellman Velarde, para recibir prisioneros provenientes de los campos de concentración de Catavi y Uncía en enero de 1954.
Los transportaron en tren, cuyas bodegas tenían las ventanas y puertas clausuradas. Así permanecieron los detenidos, tres días sin agua ni alimentos.
En mayo de 1954 se aumentan 200 prisioneros. El 17 de junio del mismo año, llegan 17 detenidos más.
Entre los gobernadores de este campo se encontraban: Alberto Blomfield, con quien se inaugura; René Gallardo Sempértegui, en octubre de 1954. El capitán Rafael Gurruchaga, que lo dirigió desde enero de 1955, dio un trato humanitario a los prisioneros; pero una fuga de falangistas causó que Víctor Paz lo hiciera detener, siendo llevado a La Paz.
El gobernador Alberto Blomfield hacía formar a los prisioneros en medio de golpizas propinadas por los guardias. Todos eran tratados en condiciones infrahumanas, hambre y consunción. Se torturaba con golpes de laque, patadas y culatazos. A cualquier hora de la noche se pasaba lista a los prisioneros y se les torturaba con cualquier pretexto. Sin atención médica, las víctimas se atendían entre sí. Frío altiplánico congelante en la noche. Blomfield instruía que las pertenencias de los prisioneros fueran robadas. Los prisioneros que llegaban eran saqueados por milicianos de las minas y quedaban sin frazadas ni enseres. Una fuga frustrada de quince falangistas hizo que estuviesen ocho días bajo tormentos, resultando en víctimas con fracturas, estado comatoso y el cuerpo amoratado.
René Gallardo Sempértegui hizo que fueran sobrecargados los trabajos forzados, ejercicios extenuantes, flagelación nocturna, despertados a medianoche y desnudados, se los volcaba sobre la hoja de una puerta y recibían azotes con correa de ventilador, arrancando pedazos de carne, hasta dejarlos exánimes.
Se fomentaba el espionaje entre los mismos presos, bajo promesa de pronta libertad; llegando a constituir comandos del MNR con los mismos detenidos, a quienes se presionaba para que torturen a sus propios camaradas de infortunio.
Capitulo III
Dos importantes sedes de Control Político se encontraban, además de todas las capitales de departamento, una en la ciudad de La Paz, ubicada en la calle Potosí, esquina Socabaya, frente al Palacio de justicia; otra se hallaba en la ciudad de Santa Cruz y era conocida con el nombre de “Ñanderoga”, situada en la Plaza 24 de septiembre.
Durante estos doce años de tiranía, Control Político cambió de nombres; pero, conservando el mismo propósito represivo para el que fue creado: Control Político, Departamento de Coordinación, Departamento de Informaciones y Seguridad del Estado, etc.
Como ejemplo, consignamos algunos de ellos, con los decretos supremos con que fueron instaurados:
Departamento de Control y Seguridad Pública: dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 4 de enero de 1954.
Dirección General de Informaciones y Seguridad del Estado: Dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Hernán Siles Zuazo, en fecha 24 de Febrero de 1959.
Sección Segunda: Dependiente de la Dirección General de Policías. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 8 de septiembre de 1960.
Autores de represión y torturas.
Claudio San Román: Jefe Nacional de Control Político.
Mario Zuleta: Jefe de Control Político en La Paz.
Raúl Gómez Jáuregui: Preso común.
Marcel Tonnelier: de nacionalidad francesa, que se encontraba preso en el panóptico de San Pedro por asesinato, fue encargado de las torturas como experto en latigazos.
Jorge Rojas Pereyra: Teniente de Policías, Jefe de Ñanderoga en Santa Cruz.
Adhemar Menacho: Jefe de Control Político en Sucre y Cochabamba.
Algunos métodos de tortura utilizados.
-Flagelación en todo el cuerpo con latigazos de alambre flexible; cintas de motor de camión; azotes con cadenas en manos, pies y cuerpo.
-Golpes en el cuerpo con diversos objetos, como palos, culata de fusil o revólver.
-Aplicación de cigarrillos encendidos en diferentes partes del cuerpo.
-Hacer trotar al prisionero alrededor del patio carcelario, despertado en altas horas de la noche, azotado con correa de motor, culatazos, palos, puntapiés, etc., resultando en rotura de costillas, huesos y articulaciones.
-Víctima desnudada, colocada boca abajo en el piso y azotada hasta dejarla exánime.
-Golpiza a la víctima entre varios esbirros.
-Introducción en el ano de varas cilíndricas de madera, a golpes de martillo.
-Castigo a los testículos con aparatos especiales de tortura o con la mano.
-Golpes con “laque” en las manos hasta reventarlas.
-Hacer pernoctar al torturado de pie en la piscina con agua hasta los tobillos.
-“Cuartito azul”, que consistía en una caseta preparada para que sólo pudiera entrar el detenido, quien pernoctaba de pie, mirando al exterior por medio de un orificio practicado en la puerta de la caseta, a la altura de los ojos.
-Hacer limpiar al detenido los baños a golpes.
-Obligar al prisionero a limpiar el patio y los lavaderos de Control Político, donde se encontraba la sangre cuajada de otros camaradas torturados.
-Privación de sueño, agua y alimentos durante varios días.
-Ocupación del baño a horas irregulares.
-Robo al detenido de viandas, ropa y frazadas.
En fecha 4 de noviembre de 1964, los centros de Control Político fueron tomados y cerrados por una insurrección popular que derrocó al régimen movimientista. Control Político de La Paz, fue tomado por revolucionarios fabriles y universitarios, que liberaron a los presos. En Santa Cruz, el local de Ñanderoga cayó bajo la acción revolucionaria de las entidades cívicas y estudiantiles.
Los campos de concentración.Eran, anteriormente a la llegada del MNR al poder, en su mayoría, recintos cuartelarios, más tarde destinados para enclaustrar a prisioneros políticos, opositores al gobierno movimientista. Muchos fueron confinados más de dos veces.
Los campos de concentración se encontraban en: Corocoro, Uncía, Catavi, Curahuara de Carangas y Siglo XX.
En estos campos de concentración se torturaba, sometían a trabajos esclavizantes, y llegaron a matar a quienes trataron de huir. También hicieron desaparecer a prisioneros, cuyo destino es desconocido hasta el día de hoy.
Estos campos de tortura fueron los primeros que se instauraron en Latinoamérica, oficializados por Decreto Supremo 1619, de fecha 28 de enero de 1954, por el Presidente Víctor Paz Estenssoro. Aunque antes de esta fecha, ya funcionaba el campo de concentración de Corocoro, desde junio de 1953. Una parte del texto del mencionado decreto, rezaba:
Artículo 1° “Para la reclusión de los procesados sujetos a la jurisdicción castrense, se establece, con carácter eventual y mientras se construya una penitenciaría militar, los siguientes penales”:
“N° 1. En el cuartel de Corocoro, del Departamento de La Paz”. “N° 2. En el cuartel de Uncía del Departamento de Potosí”. “N° 3. En el cuartel de Catavi del Departamento de Potosí”.
Los demás campos de concentración, como los de Uncía, Catavi, Siglo XX, y Curahuara de Carangas, fueron instalados porque los prisioneros ya sumaban a miles; por lo cual el campo de Corocoro resultaba insuficiente. Este decreto declaraba que los campos eran entregados en manos de los sindicatos mineros. A pedido de Juan Lechín Oquendo, los mineros fueron retirados, quedando a cargo de la guardia de carabineros.
Las poblaciones donde se instalaron estos campos de concentración, eran amedrentadas por las milicias movimientistas. Estos campos fueron cerrados por el gobierno, debido a una amnistía decretada en junio de 1956, para aparentar una reapertura democrática.
Cuando el gobierno de Hernán Siles Zuazo se disponía a reabrir estos campos, enviando un lote de 47 prisioneros falangistas, en septiembre del mismo año, como se relatará más adelante; el avión que transportaba a los detenidos, desde Santa Cruz, es secuestrado por los mismos, en una espectacular fuga, que desvía el avión a Salta, Argentina; desde donde ellos denuncian al mundo sobre la existencia de campos de concentración en Bolivia. El Presidente Siles Zuazo se ve obligado a desistir de su reapertura, debido a la fuerte crítica internacional.
Mencionar dos campos de concentración nos dará el ejemplo de lo que ahí se vivía:
Corocoro.
Ex guarnición del ejército ubicada al sur del departamento de La Paz; fue el primer campo de concentración de la tiranía. Este recibió sus primeros 300 prisioneros, provenientes del panóptico de San Pedro, en junio de 1953.
Entre algunas de las vejaciones podemos citar las siguientes:
Incomunicación completa del exterior. La fecha en que se abrió este campo, los prisioneros estuvieron encerrados en cuadras toda la noche. Sólo se permitía a los presos realizar las necesidades orgánicas una vez en el día, llevados en parejas, a la intemperie, bajo la vigilancia de guardias.
Pocas veces se permitía la recepción de encomiendas, las cuales eran requisadas y confiscadas. Deficiente alimentación, generalmente podrida. Días sin comer.
Milicianos disfrazados de mineros lanzaban cartuchos de dinamita al patio del recinto gritando insultos y amenazas.
Sometidos a trabajos de esclavitud, recogiendo leña sobre las espaldas a distancias de 6 a 10 kilómetros, a latigazos; con frecuencia, después de estar días sin comer. Esta leña era utilizada por los jefes de los sindicatos o se la vendía al pueblo. Otros grupos eran destinados a trabajos de construcción, limpieza de carreteras y obras municipales.
Vestimenta andrajosa y, en muchos casos, sin zapatos, debido al desgaste.
Curahuara.
Ubicado en la región de Carangas, en el departamento de Oruro.
Ex cuartel del Regimiento “Andino”, tenía capacidad para 300 hombres, con cuadras reducidas, donde se hacinaban a los prisioneros, que sobrepasaban esta cantidad.
Este campo de concentración se abrió por orden de Paz Estenssoro y a sugerencia de José Fellman Velarde, para recibir prisioneros provenientes de los campos de concentración de Catavi y Uncía en enero de 1954.
Los transportaron en tren, cuyas bodegas tenían las ventanas y puertas clausuradas. Así permanecieron los detenidos, tres días sin agua ni alimentos.
En mayo de 1954 se aumentan 200 prisioneros. El 17 de junio del mismo año, llegan 17 detenidos más.
Entre los gobernadores de este campo se encontraban: Alberto Blomfield, con quien se inaugura; René Gallardo Sempértegui, en octubre de 1954. El capitán Rafael Gurruchaga, que lo dirigió desde enero de 1955, dio un trato humanitario a los prisioneros; pero una fuga de falangistas causó que Víctor Paz lo hiciera detener, siendo llevado a La Paz.
El gobernador Alberto Blomfield hacía formar a los prisioneros en medio de golpizas propinadas por los guardias. Todos eran tratados en condiciones infrahumanas, hambre y consunción. Se torturaba con golpes de laque, patadas y culatazos. A cualquier hora de la noche se pasaba lista a los prisioneros y se les torturaba con cualquier pretexto. Sin atención médica, las víctimas se atendían entre sí. Frío altiplánico congelante en la noche. Blomfield instruía que las pertenencias de los prisioneros fueran robadas. Los prisioneros que llegaban eran saqueados por milicianos de las minas y quedaban sin frazadas ni enseres. Una fuga frustrada de quince falangistas hizo que estuviesen ocho días bajo tormentos, resultando en víctimas con fracturas, estado comatoso y el cuerpo amoratado.
René Gallardo Sempértegui hizo que fueran sobrecargados los trabajos forzados, ejercicios extenuantes, flagelación nocturna, despertados a medianoche y desnudados, se los volcaba sobre la hoja de una puerta y recibían azotes con correa de ventilador, arrancando pedazos de carne, hasta dejarlos exánimes.
Se fomentaba el espionaje entre los mismos presos, bajo promesa de pronta libertad; llegando a constituir comandos del MNR con los mismos detenidos, a quienes se presionaba para que torturen a sus propios camaradas de infortunio.
Capitulo III
ALGUNOS CASOS SOBRESALIENTES DE LA PERSECUCION
Gran redada del 15 de abril de 1955.
Se desató en todo el territorio nacional una ola de detenciones de falangistas, ex militantes de la célula nacionalista del MNR, militares, policías, sindicalistas, acusados de conspirar contra el régimen, con un resultado de más de 6.000 detenidos.
Lugares de detención: Escuela de Policías, Control Político, Panóptico de San Pedro, sótanos de Palacio de Gobierno, casa de Claudio San Román.
30 días de interrogatorios, torturas y privación de alimentos.
Luego, los prisioneros fueron divididos en tres grupos: los que permanecían en la cárcel de San Pedro, los enviados a Curahuara de Carangas y los que iban a Corocoro. Estos dos últimos grupos estuvieron en los campos de concentración hasta 1956; en que se los liberó con motivo de la amnistía decretada por el gobierno para las elecciones nacionales. También Control Político estuvo en receso en este tiempo.
La primera “Marcha del hambre” de 1956, en el mundo.
Durante la presidencia de Hernán Siles Zuazo, se llevó a cabo, en la ciudad de La Paz, el 22 de septiembre de 1956, la primera “Marcha del hambre” realizada en el mundo, por parte de las amas de casa, en protesta por la falta de alimentos, la carestía de la vida y el fracaso económico de la llamada “Revolución Nacional”. Se trataba de una marcha pacífica, impresionante por su masiva concurrencia; donde las mujeres, en completo silencio, recorrieron las calles portando canastas vacías, como símbolo de la falta de aprovisionamiento de la canasta familiar.
Los grupos paramilitares de “milicianos” atacaron con disparos y golpes la pacífica marcha. Como consecuencia, fueron apresadas más de mil personas en todo el interior del país. Las embajadas estaban atestadas de asilados que pidieron protección.
En esta oportunidad, Hernán Siles instruye la reapertura de los campos de concentración; pero un hecho inesperado, sucedido días después, no se lo permitió, como se resume a continuación.
El primer secuestro aéreo en la historia del mundo.
Se desató en todo el territorio nacional una ola de detenciones de falangistas, ex militantes de la célula nacionalista del MNR, militares, policías, sindicalistas, acusados de conspirar contra el régimen, con un resultado de más de 6.000 detenidos.
Lugares de detención: Escuela de Policías, Control Político, Panóptico de San Pedro, sótanos de Palacio de Gobierno, casa de Claudio San Román.
30 días de interrogatorios, torturas y privación de alimentos.
Luego, los prisioneros fueron divididos en tres grupos: los que permanecían en la cárcel de San Pedro, los enviados a Curahuara de Carangas y los que iban a Corocoro. Estos dos últimos grupos estuvieron en los campos de concentración hasta 1956; en que se los liberó con motivo de la amnistía decretada por el gobierno para las elecciones nacionales. También Control Político estuvo en receso en este tiempo.
La primera “Marcha del hambre” de 1956, en el mundo.
Durante la presidencia de Hernán Siles Zuazo, se llevó a cabo, en la ciudad de La Paz, el 22 de septiembre de 1956, la primera “Marcha del hambre” realizada en el mundo, por parte de las amas de casa, en protesta por la falta de alimentos, la carestía de la vida y el fracaso económico de la llamada “Revolución Nacional”. Se trataba de una marcha pacífica, impresionante por su masiva concurrencia; donde las mujeres, en completo silencio, recorrieron las calles portando canastas vacías, como símbolo de la falta de aprovisionamiento de la canasta familiar.
Los grupos paramilitares de “milicianos” atacaron con disparos y golpes la pacífica marcha. Como consecuencia, fueron apresadas más de mil personas en todo el interior del país. Las embajadas estaban atestadas de asilados que pidieron protección.
En esta oportunidad, Hernán Siles instruye la reapertura de los campos de concentración; pero un hecho inesperado, sucedido días después, no se lo permitió, como se resume a continuación.
El primer secuestro aéreo en la historia del mundo.
Al día siguiente de la “Marcha del hambre”, el día 23 de septiembre, llega a la ciudad de Santa Cruz Ñuflo Chávez Ortiz, Vice Presidente de la República, y ordena la detención de 20 personas, las cuales son encarceladas en Control Político.
El 24 de septiembre, en el día de aniversario de Santa Cruz, cuando el Vicepresidente dirigía los actos cívicos, los detenidos ya llegaban a 45 personas; hecho que mueve a los universitarios de Santa Cruz a dirigir su marcha hacia las puertas de Control Político, para reclamar por la libertad de los apresados. Chávez Ortiz ordena que estos sean atacados con disparos de ametralladoras, fusiles y gases lacrimógenos. Inmediatamente, los sobrevivientes son introducidos a Control Político, donde son torturados brutalmente, bajo la dirección de Tito García, como Jefe de este centro de represión.
Al llegar el 27 de septiembre de 1956, se embarcan a 47 presos falangistas en un avión DC-4, CP-610, de Lloyd Aéreo Boliviano, para llevarlos a control Político de La Paz; con el fin de ser “supervisados” allá por Claudio San Román y luego remitirlos al campo de concentración de Curahuara de Carangas. Sin embargo, los detenidos se amotinan durante el vuelo, sorprendiendo a los custodios y desarmándolos. Dirigidos por el Capitán Saúl Pinto, desvían este avión hacia Salta, Argentina. Ya libres en este país, denuncian ante la opinión pública mundial el intento del Presidente Siles Zuazo de reabrir los campos de concentración, cuyo funcionamiento estuviera suspendido durante unos pocos meses.
Entre los participantes de este secuestro se encuentran los falangistas Andrés Saucedo, Alfonso Kreidler, Rómulo Barros, Clovis Jordán, Edgar Rivero, Vico Olmos, Mario Diamont, Mario Adett Zamora, Luis Ramírez Mendoza, etc.
Violación de la autonomía universitaria.
Desde los inicios del gobierno movimientista, se violó la autonomía universitaria, mediante frecuentes incursiones de agentes de represión y milicianos, apresando y golpeando a dirigentes universitarios y estudiantes. Muchas veces, estos ataques eran repelidos por los universitarios.
Caso del dirigente universitario falangista Juan José Loría, quien, pese a ser candidato a las elecciones para la Federación Universitaria Local (FUL) de La Paz, es confinado al campo de concentración de Corocoro. Sin embargo, pese a su ausencia, los universitarios votan en gran mayoría por el. El candidato perdedor, Aníbal Aguilar Peñarrieta del MNR, a causa de su derrota, ordena intervenir la Universidad Mayor de San Andrés, con ataques de un grupo de milicianos llamados “elefantes”, dirigidos por el mismo.
Capitulo IV
El 24 de septiembre, en el día de aniversario de Santa Cruz, cuando el Vicepresidente dirigía los actos cívicos, los detenidos ya llegaban a 45 personas; hecho que mueve a los universitarios de Santa Cruz a dirigir su marcha hacia las puertas de Control Político, para reclamar por la libertad de los apresados. Chávez Ortiz ordena que estos sean atacados con disparos de ametralladoras, fusiles y gases lacrimógenos. Inmediatamente, los sobrevivientes son introducidos a Control Político, donde son torturados brutalmente, bajo la dirección de Tito García, como Jefe de este centro de represión.
Al llegar el 27 de septiembre de 1956, se embarcan a 47 presos falangistas en un avión DC-4, CP-610, de Lloyd Aéreo Boliviano, para llevarlos a control Político de La Paz; con el fin de ser “supervisados” allá por Claudio San Román y luego remitirlos al campo de concentración de Curahuara de Carangas. Sin embargo, los detenidos se amotinan durante el vuelo, sorprendiendo a los custodios y desarmándolos. Dirigidos por el Capitán Saúl Pinto, desvían este avión hacia Salta, Argentina. Ya libres en este país, denuncian ante la opinión pública mundial el intento del Presidente Siles Zuazo de reabrir los campos de concentración, cuyo funcionamiento estuviera suspendido durante unos pocos meses.
Entre los participantes de este secuestro se encuentran los falangistas Andrés Saucedo, Alfonso Kreidler, Rómulo Barros, Clovis Jordán, Edgar Rivero, Vico Olmos, Mario Diamont, Mario Adett Zamora, Luis Ramírez Mendoza, etc.
Violación de la autonomía universitaria.
Desde los inicios del gobierno movimientista, se violó la autonomía universitaria, mediante frecuentes incursiones de agentes de represión y milicianos, apresando y golpeando a dirigentes universitarios y estudiantes. Muchas veces, estos ataques eran repelidos por los universitarios.
Caso del dirigente universitario falangista Juan José Loría, quien, pese a ser candidato a las elecciones para la Federación Universitaria Local (FUL) de La Paz, es confinado al campo de concentración de Corocoro. Sin embargo, pese a su ausencia, los universitarios votan en gran mayoría por el. El candidato perdedor, Aníbal Aguilar Peñarrieta del MNR, a causa de su derrota, ordena intervenir la Universidad Mayor de San Andrés, con ataques de un grupo de milicianos llamados “elefantes”, dirigidos por el mismo.
Capitulo IV
ATAQUES CONTRA SANTA CRUZ
El departamento de Santa Cruz sufrió frecuentes agresiones por parte de los gobiernos del MNR, quienes tergiversaron ante la opinión pública el sentido de las demandas de reivindicación cívica, acusando a sus habitantes con el falso argumento de “separatistas”.
Santa Cruz vivió en permanente terror, con atropellos y atracos en vía pública, por elementos del MNR contra ciudadanos comunes y asaltos a propiedades en la campiña cruceña.
La censura de prensa, impuesta por el gobierno, trató de impedir que la ocupación punitiva de Santa Cruz fuese conocida en el resto del país. Sin embargo, publicaciones de prensa del periodista Alberto Lanza Quezada, el 27 de mayo de 1959 en el matutino “EL DIARIO”, bajo el título “Santa Cruz llora su dolor y su tragedia” y del jefe de informaciones de radio “FIDES”, Raúl Ortiz Goering, en el periódico “PRESENCIA”, los días 31 de enero y 2 de febrero de 1959, intitulado “La verdad sobre Santa Cruz”, dieron cuenta de lo que realmente acontecía.
Una comisión investigadora, enviada por la Federación de Estudiantes de Chuquisaca, conformada por los universitarios Pablo Rivero de Santa Cruz, con Félix Cerrudo y Luis Rivera Cortez de Sucre, quienes, llegados en los primeros días de julio de 1958, presentaron un informe sobre los descuartizamientos de Terebinto, que fue policopiado y difundido por el país.
Los más notables ejemplos de las agresiones contra Santa Cruz, los encontramos en:
-Incursiones punitivas contra la ciudad de Santa Cruz.
-Instalación del centro de represión “Ñanderoga.
-Matanzas de Terebinto y poza de las liras.
-Represión contra dirigentes del Comité Cívico Pro Santa Cruz y Unión Juvenil Cruceñista.
Primera invasión de Santa Cruz.
Una revolución fallida de Falange Socialista Boliviana, el 14 de mayo de 1958, causa que el gobierno envíe fuerzas de ocupación a Santa Cruz. Los revolucionarios huyen de esta ciudad, dejándola en calma.
Pese a quedar todo en calma en la capital oriental, el 16 de mayo, Hernán Siles Zuazo, como Presidente del país, ordenó la invasión de la ciudad de Santa Cruz, enviando más de diez mil milicianos campesinos de Ucureña, Cochabamba, mediante su ministro de gobierno José Cuadros Quiroga y al mando de José Rojas Guevara y Walter Revuelta.
Además el ejército envía tres mil soldados comandados por los coroneles Ronant Monje Roca y Pablo Acebey.
Sin que existiesen opositores, estas fuerzas desatan intenso tiroteo por las calles, atemorizando a la población. Como delegado del Supremo Gobierno y con poderes absolutos, se presentó en Santa Cruz Rubén Julio Castro, colaborado por Jorge Antelo, a quien se instala como Prefecto; Álvaro Pérez del Castillo y Walter Pereyra como Alcalde Municipal.
Después de asaltar la propiedad rural “montenegrina”, en las afueras de la ciudad, la usan como base de operaciones para repetidas incursiones diurnas y nocturnas contra Santa Cruz. Los milicianos campesinos son sustentados con dinero, comida y alcohol, por parte del Prefecto.
Matanza de Terebinto y poza de las liras.
La matanza de Terebinto ocurre como consecuencia de la primera ocupación militar de la ciudad de Santa Cruz. A los pocos días de la invasión, se envían milicianos desde la hacienda “montenegrina” hacia la región campestre conocida como Terebinto.
Anoticiado el Alto Mando de la ocupación, respecto a la presencia de refugiados falangistas en la propiedad “potrero del naranjal”, por la localidad de Ayacucho, a cinco kilómetros del pueblo de Terebinto, envía a 150 milicianos de Ucureña, comandados por el dirigente campesino Jorge Solís. En conferencia reservada, Jorge Antelo y Álvaro Pérez del Castillo instruyen a Solís con la orden de no traer un solo prisionero. Estos milicianos fueron previamente alcoholizados en el Comando del MNR en Ayacucho.
A su paso, los milicianos saquean las casas de los campesinos de la región, matando ganado y destruyendo corrales.
El 19 de mayo de 1958, a las 7:00 A.M., los milicianos rodean el inmueble, atacando a culatazos a don Ángel Mercado, dueño del mismo, y acribillando a tiros a su hijo Rómer en el patio. Luego proceden a asesinar a los refugiados, que se encontraban desarmados, con disparos de fusil y golpes de machete, se encargan de descuartizarlos, jugar con los restos y con las entrañas de Felipe Castro Parada y José Cuellar Achaval. Se dedican al robo de alimentos, dinero y joyas de los ahorros de los propietarios. Intento fallido de incendiar el lugar. Miguel Callaú, aunque herido por los disparos y los golpes de machete en una pierna y pié, logra escapar de los asesinos.
En medio de torturas, los criminales llevan a Gabriel Candia con las manos atadas y lo mutilan a orillas de una pequeña laguna conocida como “poza de las liras”. Alberto Mercado, hijo de don Ángel Mercado y Justo Jiménez, que también fueran arrastrados hacia la laguna, logran escapar aprovechando la confusión debida al reparto del botín, que causa una discusión entre sus captores.
Al regresar los delincuentes a su base de operaciones en “montenegrina”, estos informan a sus jefes, quienes les hacen formar militarmente. Rubén Julio Castro y los demás dirigentes políticos y militares los felicitan a nombre del Supremo Gobierno y se procede a celebrarlo con un festejo.
Un año después, se produciría inclusive, una segunda incursión de ocupación de la ciudad de Santa Cruz, que fue ejecutada por orden del Presidente de la República Hernán Siles Zuazo y su Ministro de gobierno Walter Guevara Arce, el 26 de junio de 1959.
Capitulo V
Santa Cruz vivió en permanente terror, con atropellos y atracos en vía pública, por elementos del MNR contra ciudadanos comunes y asaltos a propiedades en la campiña cruceña.
La censura de prensa, impuesta por el gobierno, trató de impedir que la ocupación punitiva de Santa Cruz fuese conocida en el resto del país. Sin embargo, publicaciones de prensa del periodista Alberto Lanza Quezada, el 27 de mayo de 1959 en el matutino “EL DIARIO”, bajo el título “Santa Cruz llora su dolor y su tragedia” y del jefe de informaciones de radio “FIDES”, Raúl Ortiz Goering, en el periódico “PRESENCIA”, los días 31 de enero y 2 de febrero de 1959, intitulado “La verdad sobre Santa Cruz”, dieron cuenta de lo que realmente acontecía.
Una comisión investigadora, enviada por la Federación de Estudiantes de Chuquisaca, conformada por los universitarios Pablo Rivero de Santa Cruz, con Félix Cerrudo y Luis Rivera Cortez de Sucre, quienes, llegados en los primeros días de julio de 1958, presentaron un informe sobre los descuartizamientos de Terebinto, que fue policopiado y difundido por el país.
Los más notables ejemplos de las agresiones contra Santa Cruz, los encontramos en:
-Incursiones punitivas contra la ciudad de Santa Cruz.
-Instalación del centro de represión “Ñanderoga.
-Matanzas de Terebinto y poza de las liras.
-Represión contra dirigentes del Comité Cívico Pro Santa Cruz y Unión Juvenil Cruceñista.
Primera invasión de Santa Cruz.
Una revolución fallida de Falange Socialista Boliviana, el 14 de mayo de 1958, causa que el gobierno envíe fuerzas de ocupación a Santa Cruz. Los revolucionarios huyen de esta ciudad, dejándola en calma.
Pese a quedar todo en calma en la capital oriental, el 16 de mayo, Hernán Siles Zuazo, como Presidente del país, ordenó la invasión de la ciudad de Santa Cruz, enviando más de diez mil milicianos campesinos de Ucureña, Cochabamba, mediante su ministro de gobierno José Cuadros Quiroga y al mando de José Rojas Guevara y Walter Revuelta.
Además el ejército envía tres mil soldados comandados por los coroneles Ronant Monje Roca y Pablo Acebey.
Sin que existiesen opositores, estas fuerzas desatan intenso tiroteo por las calles, atemorizando a la población. Como delegado del Supremo Gobierno y con poderes absolutos, se presentó en Santa Cruz Rubén Julio Castro, colaborado por Jorge Antelo, a quien se instala como Prefecto; Álvaro Pérez del Castillo y Walter Pereyra como Alcalde Municipal.
Después de asaltar la propiedad rural “montenegrina”, en las afueras de la ciudad, la usan como base de operaciones para repetidas incursiones diurnas y nocturnas contra Santa Cruz. Los milicianos campesinos son sustentados con dinero, comida y alcohol, por parte del Prefecto.
Matanza de Terebinto y poza de las liras.
La matanza de Terebinto ocurre como consecuencia de la primera ocupación militar de la ciudad de Santa Cruz. A los pocos días de la invasión, se envían milicianos desde la hacienda “montenegrina” hacia la región campestre conocida como Terebinto.
Anoticiado el Alto Mando de la ocupación, respecto a la presencia de refugiados falangistas en la propiedad “potrero del naranjal”, por la localidad de Ayacucho, a cinco kilómetros del pueblo de Terebinto, envía a 150 milicianos de Ucureña, comandados por el dirigente campesino Jorge Solís. En conferencia reservada, Jorge Antelo y Álvaro Pérez del Castillo instruyen a Solís con la orden de no traer un solo prisionero. Estos milicianos fueron previamente alcoholizados en el Comando del MNR en Ayacucho.
A su paso, los milicianos saquean las casas de los campesinos de la región, matando ganado y destruyendo corrales.
El 19 de mayo de 1958, a las 7:00 A.M., los milicianos rodean el inmueble, atacando a culatazos a don Ángel Mercado, dueño del mismo, y acribillando a tiros a su hijo Rómer en el patio. Luego proceden a asesinar a los refugiados, que se encontraban desarmados, con disparos de fusil y golpes de machete, se encargan de descuartizarlos, jugar con los restos y con las entrañas de Felipe Castro Parada y José Cuellar Achaval. Se dedican al robo de alimentos, dinero y joyas de los ahorros de los propietarios. Intento fallido de incendiar el lugar. Miguel Callaú, aunque herido por los disparos y los golpes de machete en una pierna y pié, logra escapar de los asesinos.
En medio de torturas, los criminales llevan a Gabriel Candia con las manos atadas y lo mutilan a orillas de una pequeña laguna conocida como “poza de las liras”. Alberto Mercado, hijo de don Ángel Mercado y Justo Jiménez, que también fueran arrastrados hacia la laguna, logran escapar aprovechando la confusión debida al reparto del botín, que causa una discusión entre sus captores.
Al regresar los delincuentes a su base de operaciones en “montenegrina”, estos informan a sus jefes, quienes les hacen formar militarmente. Rubén Julio Castro y los demás dirigentes políticos y militares los felicitan a nombre del Supremo Gobierno y se procede a celebrarlo con un festejo.
Un año después, se produciría inclusive, una segunda incursión de ocupación de la ciudad de Santa Cruz, que fue ejecutada por orden del Presidente de la República Hernán Siles Zuazo y su Ministro de gobierno Walter Guevara Arce, el 26 de junio de 1959.
Capitulo V
MATANZA DE CUARTEL “SUCRE” Y ASESINATO DE OSCAR UNZAGA
Cuartel “Sucre”.Bajo la presidencia de Hernán Siles Zuazo, con Walter Guevara Arce como ministro de Gobierno, estalla una insurrección revolucionaria preparada por Falange Socialista Boliviana, en la ciudad de La Paz, el 19 de abril de 1959. La misma fracasa a las pocas horas.
En esta revolución participaron estudiantes, universitarios y obreros, quienes combatieron en distintos lugares de la ciudad, con un saldo de muertos aún no determinado.
En ese día, un comando falangista ataca las instalaciones del regimiento escolta “Waldo Ballivián”, ubicado en la calle Sucre, esquina Junín, cuya toma fracasa y los insurrectos son intimados a rendirse. Después de la rendición, por órdenes del Coronel Gustavo Larrea, catorce revolucionarios son desarmados y puestos con las manos en alto contra la pared, momento en que los soldados disparan contra los prisioneros, para luego rematar a tiros a los caídos, ensañándose brutalmente con sus cuerpos, golpeándolos con las culatas de los fusiles y con bayonetas. Este suceso es conocido como la masacre del Cuartel “Sucre”.
Los cuerpos de los caídos en las calles y el Cuartel “Sucre” fueron ultrajados por las milicias paramilitares, presentando evidencias de mutilaciones de sus cuerpos. Hubo varios casos en que los cadáveres de los falangistas fueron utilizados por el Gobierno como si se tratase de movimientistas caídos en el día de la revolución. Los familiares de las víctimas pasaron por muchas vicisitudes para rescatar sus cuerpos. Catorce días después de los sucesos del 19 de abril, y a veces en mayor tiempo, fueron entregados en el Cementerio General los cadáveres a sus parientes, quienes además del dolor por la muerte de su ser querido, soportaron en el lugar insultos y amedrentamiento por parte de los milicianos.
Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega.
El mismo día del 19 de abril de 1959, es asesinado en la calle Larecaja N° 1866, de la ciudad de La Paz, el Jefe y fundador de Falange Socialista Boliviana, don Oscar Unzaga de la Vega.
Oscar Unzaga y su colaborador René Gallardo Gallardo, son hallados muertos con disparos de bala en la cabeza, en el cuarto de baño del domicilio particular donde se encontraban escondidos, a causa de un allanamiento efectuado minutos antes por un grupo de milicianos, quienes luego de buscar a Unzaga, debido a una denuncia, se retiraron sin encontrarlo. El Jefe de FSB se encontraba refugiado en esa casa, en compañía de otros colaboradores, esperando tener noticias sobre los progresos de la revolución; pues desconocía que esta había fallado.
Horas más tarde, después de ser retirados del lugar los dos cadáveres, el gobierno instruyó a un grupo de médicos, dirigidos por el Dr. Nicanor Machicao, la realización de la autopsia en la Asistencia Pública, ubicada en la avenida Camacho, bajo la vigilancia de los jefes de represión Claudio san Román y Luis Gayán Contador. El resultado de la autopsia dio como evidencia que Unzaga fue asesinado con sendos disparos en las sienes izquierda y derecha; mientras René Gallardo falleció a causa de un disparo en la sien derecha. Este informe está consignado en un documento presentado por el Dr. Hernán Messuti Ribera, quien participó en la autopsia y descubrió que el Gobierno intentaba manipular las pruebas para aparentar los supuestos suicidios de Unzaga y Gallardo. El gobierno de Siles pretendió crear un ambiente de confusión en torno a las dos muertes, para sostener la tesis del suicidio.
EPILOGO
En esta revolución participaron estudiantes, universitarios y obreros, quienes combatieron en distintos lugares de la ciudad, con un saldo de muertos aún no determinado.
En ese día, un comando falangista ataca las instalaciones del regimiento escolta “Waldo Ballivián”, ubicado en la calle Sucre, esquina Junín, cuya toma fracasa y los insurrectos son intimados a rendirse. Después de la rendición, por órdenes del Coronel Gustavo Larrea, catorce revolucionarios son desarmados y puestos con las manos en alto contra la pared, momento en que los soldados disparan contra los prisioneros, para luego rematar a tiros a los caídos, ensañándose brutalmente con sus cuerpos, golpeándolos con las culatas de los fusiles y con bayonetas. Este suceso es conocido como la masacre del Cuartel “Sucre”.
Los cuerpos de los caídos en las calles y el Cuartel “Sucre” fueron ultrajados por las milicias paramilitares, presentando evidencias de mutilaciones de sus cuerpos. Hubo varios casos en que los cadáveres de los falangistas fueron utilizados por el Gobierno como si se tratase de movimientistas caídos en el día de la revolución. Los familiares de las víctimas pasaron por muchas vicisitudes para rescatar sus cuerpos. Catorce días después de los sucesos del 19 de abril, y a veces en mayor tiempo, fueron entregados en el Cementerio General los cadáveres a sus parientes, quienes además del dolor por la muerte de su ser querido, soportaron en el lugar insultos y amedrentamiento por parte de los milicianos.
Asesinato de Oscar Unzaga de la Vega.
El mismo día del 19 de abril de 1959, es asesinado en la calle Larecaja N° 1866, de la ciudad de La Paz, el Jefe y fundador de Falange Socialista Boliviana, don Oscar Unzaga de la Vega.
Oscar Unzaga y su colaborador René Gallardo Gallardo, son hallados muertos con disparos de bala en la cabeza, en el cuarto de baño del domicilio particular donde se encontraban escondidos, a causa de un allanamiento efectuado minutos antes por un grupo de milicianos, quienes luego de buscar a Unzaga, debido a una denuncia, se retiraron sin encontrarlo. El Jefe de FSB se encontraba refugiado en esa casa, en compañía de otros colaboradores, esperando tener noticias sobre los progresos de la revolución; pues desconocía que esta había fallado.
Horas más tarde, después de ser retirados del lugar los dos cadáveres, el gobierno instruyó a un grupo de médicos, dirigidos por el Dr. Nicanor Machicao, la realización de la autopsia en la Asistencia Pública, ubicada en la avenida Camacho, bajo la vigilancia de los jefes de represión Claudio san Román y Luis Gayán Contador. El resultado de la autopsia dio como evidencia que Unzaga fue asesinado con sendos disparos en las sienes izquierda y derecha; mientras René Gallardo falleció a causa de un disparo en la sien derecha. Este informe está consignado en un documento presentado por el Dr. Hernán Messuti Ribera, quien participó en la autopsia y descubrió que el Gobierno intentaba manipular las pruebas para aparentar los supuestos suicidios de Unzaga y Gallardo. El gobierno de Siles pretendió crear un ambiente de confusión en torno a las dos muertes, para sostener la tesis del suicidio.
EPILOGO
El MNR controló el país durante doce años, desatando una increíble persecución
contra toda una población y contra cualquiera que denunciase los delitos del régimen. Este régimen policiaco sucumbió debido a la corrupción institucionalizada y sus contradicciones internas; las cuales ponían en evidencia el fracaso de una falsa revolución financiada por los Estados Unidos de América.
Una insurrección popular que estalló el 4 de noviembre de 1964, logró derribar al Gobierno movimientista. Sin embargo, después de esta fecha, la revolución popular también fue frustrada por los gobiernos que continuaron con la corrupción, los crímenes, el entreguismo y el aumento de la deuda externa que nos heredara el movimientismo.
Los elementos del MNR no fueron sancionados por la justicia, debido a sus múltiples delitos. Por el contrario, logrando adquirir poder económico en el período de su tiranía, entre 1952 a 1964; más tarde fueron capaces de acomodarse en puestos estratégicos de la jerarquía política, cualquiera fuera el Gobierno, en los estamentos sociales, en la compra de influencias, y lograr pagar publicidad, para tratar de encubrir ante la historia su responsabilidad como destructores de la Nación y el verdadero origen de su poder actual, aparentando un inmerecido prestigio, que esconde lo que verdaderamente son; es decir, los servidores de un imperialismo que les ha llevado a terminar hipotecando a Bolivia con la implantación del sistema económico llamado “neoliberal”.
La Paz, junio de 2001
Sergio Portugal Joffre
Sobre el oficial nazi Mario Busch, en THE MODESTO BEE, 11 diciembre 1960, en inglés: http://news.google.com/ newspapers?id=JEghAAAAIBAJ& sjid=2X8FAAAAIBAJ&hl=es&pg= 2446%2C2005831
Una insurrección popular que estalló el 4 de noviembre de 1964, logró derribar al Gobierno movimientista. Sin embargo, después de esta fecha, la revolución popular también fue frustrada por los gobiernos que continuaron con la corrupción, los crímenes, el entreguismo y el aumento de la deuda externa que nos heredara el movimientismo.
Los elementos del MNR no fueron sancionados por la justicia, debido a sus múltiples delitos. Por el contrario, logrando adquirir poder económico en el período de su tiranía, entre 1952 a 1964; más tarde fueron capaces de acomodarse en puestos estratégicos de la jerarquía política, cualquiera fuera el Gobierno, en los estamentos sociales, en la compra de influencias, y lograr pagar publicidad, para tratar de encubrir ante la historia su responsabilidad como destructores de la Nación y el verdadero origen de su poder actual, aparentando un inmerecido prestigio, que esconde lo que verdaderamente son; es decir, los servidores de un imperialismo que les ha llevado a terminar hipotecando a Bolivia con la implantación del sistema económico llamado “neoliberal”.
La Paz, junio de 2001
Sergio Portugal Joffre
Sobre el oficial nazi Mario Busch, en THE MODESTO BEE, 11 diciembre 1960, en inglés: http://news.google.com/
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